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El Parlamento de Navarra echó ayer por tierra la propuesta de Presupuestos de UPN para el año 2014. El resumen del rechazo de la oposición nacional-progresista a los Presupuestos se contiene en estas palabras de Txentxo Jiménez: “consolidan todos los recortes, los tijeretazos y el adelgazamiento del sector público que han hecho durante todos estos años”.
O en estas otras de Manu Ayerdi denunciando que Navarra lleva “tres años consecutivos en una dinámica de recortes que está deteriorando la calidad de los servicios públicos, algo que genera cabreo, pero sobre todo incertidumbre”.
Lo curioso del caso es que los Presupuestos que proponía UPN contemplaban un techo de gasto de 3.756 millones, frente a los 3.738 de los Presupuestos prorrogados.
Es decir, que UPN proponía gastar más y la oposición lo ha rechazado.
No menos paradójico es que quien aquí habla de recortes mientras vota en contra de gastar más, resulta que allí donde gobierna aprueba unos presupuestos para 2014 de 10.215 millones, que son 234 millones menos que los 10.449 que gastaba la CAV en 2012.
Alguien podría pensar que allí donde la oposición gobierna recorta y allí donde no gobierna protesta, lo cual resulta tan demagógico como hipócrita.
En cualquier caso, resulta un tanto desolador que el programa de todos los políticos sea gastar más en cuanto se pueda. Como si aún no fueran conscientes de que todo gasto en la administración supone un recorte fuera de la administración para poder pagarlo. Como si los ciudadanos tuviéramos que sacrificarnos por los recortes pero no tuviéramos que sacrificarnos para pagar todo lo que no se recorta. Y como si no hubiera muchas cosas que los ciudadanos desearíamos no tener que seguir pagando. O como si no se pudieran gestionar mejor, para tener que pagar menos por ellas.
El problema de fondo es que ni con los Presupuestos del 2012 ni con los del 2014 se cuadran los ingresos con los gastos de la administración foral, pero seguimos teniendo circuitos, pabellones, televisiones subvencionadas, el CEIN, Senda Viva, cursos de danza del vientre, institutos de la juventud, el AVE, ciudades agroalimentarias ruinosas, clubes de fútbol que no pagan a Hacienda, la policía autonómica que más ha crecido, el Parlamento más caro de España… y una economía que no crece porque el esfuerzo fiscal de la clase media la tiene absolutamente extenuada.
8 respuestas
Antes de nada,la Comunidad Vascongada,nuestros vecinos en quienes más nos fijamos por tener el cáncer como nosotros de partidos Nazionalmarxistas,han aprobado hace unos días,dar por buenos los presupuestos del PNV,con el apoyo de PSocialista,y PPopular.Aquí los Socialistas mediocres,juegan al No absoluto,si la propuesta es de CENTRODERECHA,da igual que sean inconcebibles con un techo mayor de gasto,como brama la extrema izquierda,y ahora dan palmas de alegría y vítores como en el funeral de Mandela,si lo propugna la bruja Ruiz o el patillas.En esas estamos Navarra.Y lo que te rondare morena….
El problema del presupuesto es que hay mucho mangui para disfrutar de él, y casi todo el mundo piensa que es la oportunidad de disfrutar de algo que lo paga OTRO. Sin embargo la realidad es al revés; casi todo el mundo paga via impuestos lo que otra parte disfruta, sin que a éstos se les exija un control de sus propios gastos, sean ellos Ugetistas mariscadores o familias manirrotas y quebradizas. Ayer en la Sexta, el inicitador al odio de «Al Rojo Vivo», este chavalete, directivo que cobrando un sueldazo en TVE puso a su novia rojeras en un puesto de ringo-rango, daba alas a una verdulerafascirroja que echaba la culpa de los recortes a Franco y no se que chorradas más. Y luego hablan del odio del sanedrín indepefascista de Barcelona, atizando el odio a España. La izquierda lleva atizando el odio entre clases y antioccidental años. Y con un fin muy concreto, volver al 36 con la esperanza de arrasarlo todo esta vez y gobernar habiendo exterminado a los enemigos de clase. Y no les tiembla el pulso. O tal vez solo juegan a ello, pero como irresponsables no me digan que no tienen precio.
Eso pasa por tener un Gobierno con pies de mantequilla, que se asocia con alguien que no debiera existir, al que determinada gente vota y por desgracia seguira votando a pesar de ser un autentico cancer para esta sociedad.
Dejar de mirar para arriba y hacer autocritica, convocad elecciones anticipadas y reconocer que en minoria no se puede gobernar y menos de la mano de ladrones de guante blanco a los que el poder judicial ampara en sus tropelias.
Ciudadano, si esperas que a la gente le den por el c….. y no proteste estas listo, y si todavia aqui no salimos a agarrar del cuello y llevar a la carcel a los que manejan el dinero de todos, es culpa del miedo a perder lo poco que tiene la gente.
Supongo que Hemengo incluirás como políticos que malgastan el dinero de todos a esos concejales bilduetarras que acumulan multas y procesos costosos por no quitar pintadas etarras, no colgar las banderas oficiales y poner las que se les pone en el moño con m…
«un Gobierno con pies de mantequilla, que se asocia con alguien que no debiera existir». Hemengo, ¿Quién no debiera existir?.
En mi opinión NC pasa de puntillas por un tema peliagudo como son las implicaciones de la falta de aprobación de un Presupuesto. Y también me resulta curioso que nadie de esa «oposición» (yo la llamaría el grupete de viva lo ‘pior’) ni de los medios que la apoyan indaguen en esta cuestión.
Bien es sabido que todo poder debe ser legítimo en su origen y en su ejercicio. Pues bien en un sistema formalmente parlamentario -aviso que dicho sistema no me gusta- el gobierno surge de la mayoría parlamentaria (como así ocurrió) y para pervivir debe estar amparado por una mayoría parlamentaria. Y la prueba del 9 de la existencia de esa mayoría es la aprobación de los Presupuestos (que no Cuentas). Dicho más claro si un Gobierno parlamentario no puede aprobar un Presupuesto pierde la mayoría y debe irse a su casa.
Así que mantener un Gobierno sin mayoría -sin Presupuestos- al amparo de mecanismos legales o burocráticos no lo convierte en legitimo porque carece del requisito esencial del gobierno en el parlamentarismo que es la existencia de un mayoría.
Hemengo, ¿Quién no debiera existir?.
Hemengo ¿me oye?, ¿Quién no debiera existir?.