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El estado es la mayor empresa de España y de Navarra. Es la empresa con más empleados y a la que dedicamos una mayor parte de nuestro salario para pagar sus servicios. Además, entre otras particularidades, es una empresa cuyas ofertas… no podemos rechazar. Uno no elije si quiere sanidad pública o privada o educación pública o privada. Uno tiene que pagar impuestos para financiar la educación o la sanidad públicas y sólo si después de haber pagado la sanidad o la educación pública le queda suficiente dinero puede permitirse el lujo de acceder a la educación o la sanidad privada. Normalmente, después de pagar sus impuestos, a casi nadie le queda margen para permitirse la educación o la sanidad privada, que sólo es algo a lo que puede acceder después de y además de haber pagado la pública.
Sin embargo, los recursos públicos no son infinitos. Si el sistema público dependiera de un solo contribuyente, el límite de los recursos del sistema público sería el 100% de los ingresos de ese contribuyente. Obviamente el límite sería el mismo para el sector privado. La pregunta es, ¿quién le daría más servicios a ese contribuyente por el 100% de su sueldo?, ¿el sector público o el privado?
Aquí los defensores del sistema público es donde alegan la aparente ventaja de que el sector público carezca de afán de lucro. La empresa pública puede ofrecer servicios a precio de coste, la privada necesita cobrar además un beneficio. El problema es si los costes de la empresa pública pueden competir con los de la privada.
El debate podría resultar amplísimo, pero en este caso interesa focalizarlo hacia los últimos datos publicados por el INE respecto a los sueldos públicos. En entregas anteriores, el INE había puesto de relieve (levantando una polvareda mediática) que los salarios en un puesto equivalente son un 30% superiores en el sector público que en el privado.
Puesto que los salarios constituyen uno de los principales costes en la mayoría de los servicios y representan cerca de un tercio de los presupuestos públicos, salta a la vista que, a igualdad de condiciones en todo lo demás, si los salarios públicos son un 30% superiores, la empresa privada puede ofrecer servicios sustancialmente más baratos que una pública incluso descontando sus beneficios. Los costes públicos se disparan (en este caso los de personal) por el hecho de que los gestores no se juegan su dinero, la empresa pública no tiene que competir y además ni siquiera depende de sus beneficios. ¿Por qué tendría que ser eficiente entonces?
Según los datos recién publicados por el INE:
“El 57,5% (1,8 millones de personas) de los asalariados del sector público (en el que están incluidos todo tipo de Administraciones Públicas y las empresas públicas y tanto los trabajadores adscritos a Mutualidades como los que cotizan a la Seguridad Social) tuvieron un salario bruto mensual superior a 2.095,0 euros en 2012. El porcentaje correspondiente en el sector privado fue del 22,5% (2,5 millones de personas)”.
Cierto es que el INE matiza esta diferencia añadiendo que:
“El mayor porcentaje de asalariados con estudios superiores en el sector público, el menor peso del trabajo a tiempo parcial (7,0% frente a 18,9% en el sector privado) y la mayor antigüedad son los factores que determinan la mayor concentración en salarios altos en dicho sector”.
No obstante, aunque se citan esos factores no se justifican ni se cuantifica exactamente su influencia. En realidad parece difícil que estos factores, aunque se produzcan, puedan justificar por sí solos unas diferencias tan abismales:
En cualquier caso, más allá del “porqué” de esta diferencia, tal vez deba preocuparnos más el “qué”. Es decir, el hecho de que, sea por la razón que sea, mientras sólo un 22,5% de los trabajadores del sector privado cobran más de 2.095 euros haya un 57,5% de los trabajadores públicos cobrando por encima de esa cantidad. Una cantidad muy elevada y muy generalizada, por otro lado, como para sostener eslóganes como que los empleados públicos se encuentran muy mal pagados. Sólo el 9,6% de los empleados públicos cobra menos de 1.216 euros.
Si sólo hubiera 100 trabajadores en el sector público y 100 trabajadores en el sector privado, básicamente sería imposible que los trabajadores del sector privado pudieran pagar los sueldos de los del sector público.
La sostenibilidad, incluso la justificación moral del sector público, requiere una igualación de los salarios. Un trabajador del sector público no puede cobrar más que uno del sector privado por hacer lo mismo. No es justo que el sueldo de los empleados públicos sea mucho mayor que el de quienes se lo pagan. Obviamente es el sector público el que tiene que adecuarse a la economía real y no a la inversa. Más que nada porque a la inversa es imposible: o la economía es real o lo real es la quiebra.
5 respuestas
Además del sueldo elevado está el tema de la productividad…¿qué hace un bedel abrepuertas cobrando 2300 euros en verano, Navidad, Semana Santa y otras Semanas Blancas con el colegio cerrado a cal y canto? Ya se lo digo yo…como mínimo aprender de Jack Nicholson en «El Resplandor»…
Es el ajuste que falta por hacer. Sin ese no iremos a ningún sitio ni saldremos de ningún sitio.
La elefantiastica administración que soportamos es asfixiante, inviable y cualquier salida de la recesión pasa por dejar más dinero disponible a familias y empresas. Si el sector público ya rebajo sus salarios, la única manera de inyectar más dinero es rebajando los impuestos.
Pero son 4 millones de estómagos agradecidos, digo… de votos… Así que una vez más los complejos les superarán.
No se trata de bajar los sueldos de los empleados públicos sino de reducir su número. En primer lugar, hay que echar a la calle a todos los enchufados, asesores, puestos a dedo por el gobierno y por los sindicatos. Esta gente ha creado una Administración paralela sin oposiciones de acceso con el único fin de realizar informes que permitan al gobierno jugar con la legalidad.Con esa gente fuera ya se vería la realidad de la Administración y los ajustes que se deberían llevar a cabo.
Un funcionario público debe cobrar lo mismo que su equivalente en la Empresa privada .Ni más ni menos.Si aún así el sistema no es viable,se ajusta como en la Empresa privada.Ni más ni menos.
Las estadísticas son eso simples números que nos sirven para intentar justificar lo que queremos.
Si de todos esos asalariados quitamos los que lo son por haber sido nombrados a dedo por el político de turno, que además de no hacer nada y molestar al resto de funcionarios, son los que más cobran, las cifras bajarían sensiblemente.
Además si por ejemplo queremos que en la sanidad nos atiendan y curen, tendremos que intentar tener los mejores médicos que por supuesto tendrán que cobrar lo adecuado a su formación y trabajo que realizan.
Y así en otros sectores. No podemos tener unos bomberos o unos policías que no saber ni leer ni escribir, tendremos que tener personas formadas.