Barcina ez, Opus kanpora

¿Y qué hay de lo que racionalmente le interesa a Pamplona?

Fastidiar al Opus o fastidiar a Barcina no puede costarle dinero a Navarra. El sábado se puso de manifiesto, con los eslóganes de la manifestación contra el proyecto de Donapea (a la que por otra parte sólo asistieron unas mil personas), que la oposición al  mismo no tiene más argumento que las puras fobias personales e ideológicas.

La alternativa al Opus kanpora es Barcina kanpora. En este caso sería la postura que representa el PSN, partidario del proyecto hasta que Roberto Jiménez fue expulsado del gobierno por Yolanda Barcina. No sólo es que Roberto Jiménez haya cambiado de opinión, sino que incumple un acuerdo firmado. Ambas posturas tienen un denominador común que es el de no tener en cuenta lo que le interesa a Pamplona y por extensión a toda Navarra.

Sin embargo, esto es precisamente lo único que debería interesar a los ciudadanos navarros.

En este sentido las ventajas de la operación resultan evidentes para cualquiera que fría y objetivamente trate de pensar en si la operación merece la pena y está justificada, más allá de sectarismos e inquinas ideológicas.

Pamplona tiene que construir una nueva Escuela Sanitaria, con la consiguiente inversión de millones de euros, al margen de la operación de Donapea.

Asimismo también sería necesaria una cierta remodelación del actual CIP Donapea si no se realiza el traslado.

El coste de la operación Donapea para la administración sería de unos 24 millones de euros, e implicaría la construcción de un campus de FP en Echavacoiz que albergaría tanto a la escuela sanitaria como al actual CIP Donapea.

A estos 24 millones habría que restar los 8 millones que pagaría la UNAV.

En conjunto, por consiguiente, el coste para la administración sería de 16 millones.

Pero hay más.

Según los datos de los técnicos del departamento de Educación, el traslado de Donapea al nuevo campus en Echavacoiz, junto con el IES Sanitario, costaría los 16 millones de euros citados, mientras que crear ese centro sanitario y rehabilitar el de Donapea, sin los 8 millones que pagaría la UNAV, costaría 19 millones.

Es decir, que la administración tiene que elegir entre los siguientes dos escenarios:

1- Un escenario en el que Pamplona conserva lo que tiene, consigue tres centros de investigación, una inversión de 200 millones de euros, crea 400 puestos de trabajo y además se ahorra 3 millones de euros para conseguirlo.

2-Un escenario en el que Pamplona conserva lo que tiene, no consigue nada más y encima le cuesta tres millones más de euros.

A primera vista parece bastante evidente qué es lo mejor para Pamplona.

Pues todavía hay más.

La parcela del nuevo campus tendría 18.000 m2, algo menor que la que ocupa Donapea, como recuerdan sus detractores, pero en los nuevos edificios la superficie total construida ascendería a 15.054 m2, un 50% más que la superficie total de los dos centros actuales.

¿Qué argumentos racionales existen entonces para oponerse a la operación?

Pues Opus Kanpora y Barcina etxerat.

Y nada más.

El problema es que tirar abajo toda la operación, como previsiblemente hará el Parlamento esta semana, realmente no perjudicará al Opus Dei o a Yolanda Barcina, sino al conjunto de la Comunidad. Como se suele decir vulgarmente, de lo que se trata es de dar una patada al Opus o a Barcina en el trasero de todos los navarros. O en el de cualquier persona que en el futuro se pudiera beneficiar de la investigación de enfermedades olvidadas, por ejemplo.

Por no mencionar el hecho de que se abre la veda de vetar cualquier inversión futura en la Comunidad Foral (una peligrosa vía que tiene dos filos) solamente en virtud de la afinidad ideológica del inversor.

Más cabeza, menos odio

La mala noticia es que la libertad y la prosperidad suelen ir de la mano. Y si no, hagan números y repasen el cálculo. O piensen en los países más prósperos. El socialismo y el nacionalismo vasco, juntos de la mano en este veto, llevan a Navarra a dar un paso de cientos de millones de euros en sentido contrario.

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18 respuestas

  1. Hace muchos años un profesor de la UPNA que se marchó hasta el gorro me comentaba la cantidad de veces que el profesorado del OPUS votaba lo mismo que la peor progresía en reuniones de departamento. Me lo aclaró así: «los pobricos se quieren hacer perdonar»

    En cuanto al articulo del noticias, no se si soy la única que se ha fijado en que el estilo esta deliberadamente imitado… del HOLA!. Quiza con la envoltura de una rancia revista de ecos de sociedad pretendan encubrir que en realidad era una reunión de bucaneros que ni en Isla Tortuga…

  2. Vaya por delante que no presto mucha atención a este tema pero las cifras que se mencionan aquí me preocupan.
    Donapea necesita una rehabilitación? Siendo rigurosos, creo que son muchísimos los centros relacionados con la formación que la necesitan pero ninguno la espera. Ahora sorprendentemente la necesidad de rehabilitación de UNO de ellos es «escuchada» por los políticos. Sospechoso.
    Pero bueno, para mi lo preocupante es el dinero que se quiere gastar en un edificio nuevo. Volvemos a la megalomanía. Hay que invertir en educación y la sanidad es un sector de futuro para Navarra. Si fuera mi dinero, gastaría de momento la cuarta parte. El resto diversificaría en alternativas de retorno más inmediato.
    Veo que nuestros políticos (todos), siguen siendo adictos a las grandes licitaciones que generan noticia (y quizá algo más). Por sus actos parece que el dinero es un recurso fácil en sus vidas.

  3. ¡Ya lo han conseguido!
    La UN renuncia a Donapea. No quiere ser motivo de crispación para Navarra.
    Lo que creó es que los navarros nos privamos del dinero que podíamos sacar de la venta, pero «no pasa nada». Los alumnos de FP seguirán en ese centro y si hace falta rehabilitarlo, ya veremos cuando se hace.
    Perderemos parte de los centros de investigación, pero «no pasa nada», se beneficiarán en Guipuzcoa con 200 puestos de trabajo más.
    Tenemos lo que nos merecemos.
    L

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