Las cosas han sucedido muy deprisa. Tan recientemente como en abril del 2012 Gorka Jiménez recibía el premio Joven Empresario Navarro del año 2011. Jiménez había creado en 2009 la empresa que poco después más o menos se encargaba del “software” informático de Caja Navarra y después de Banca Cívica. Caja Navarra era además de cliente accionista de Incita, en la que entró en 2010 con una inversión cercana a los 2 millones de euros.
El sistema con Incita
Si retrocedemos hasta aquellos años Incita lo tenía todo, como decía de sí mismo Enrique Goñi (el Midas inverso, vuelve a ser oportuno decirlo) en su famoso vídeo navideño.
Por un lado la imagen de modernidad y progreso. Nueve de cada diez personas seguramente no entendían nada cuando se decían cosas como que Incita representaba el “desarrollo, investigación e innovación en implantación de tecnologías avanzadas en la sociedad de la información”. Pero no cabe duda de que sonaba de miedo. Y si alguien preguntaba un poco más se le explicaba que era una empresa puntera en el sector I+D+i, que sin llegar a ser “holística” como la CAN era el germen del Silicon Valley foral que se estaba por crear.
Por otra parte, Incita venía respaldada por la propia CAN tanto en calidad de inversora como en calidad de cliente de Incita. Podíamos decir por tanto que Incita era un poco, y ya les estamos adelantando acontecimientos, como la empresa que construyó el generador de la Estrella de la Muerte.
Por último, Incita nacía de hecho al convertirse la empresa creada por Gorka Jiménez (Duna Innovation Technology) en el Instituto Científico de Innovación y Tecnologías Aplicadas de Navarra, en cuyo acto de presentación destacó la presencia de la entonces ministra socialista de Ciencia e Innovación doña Cristina Garmendia, la del presidente del Gobierno Miguel Sanz y cómo no la del entonces presidente de Caja Navarra, José Antonio Asiáin, que dicen las malas lenguas que no se suele prodigar demasiado en este tipo de actos. La ocasión, por tanto, debía merecerlo.
Luego llegaría el premio Joven Empresario Navarro o la visita de Yolanda Barcina, ya convertida en presidenta, a las instalaciones de Incita.
Como adelantábamos en la entradilla, casualmente Gorka Jiménez está casado con la prima de Roberto Jiménez, que además también fue jefa de gabinete de Anai Astiz, consejero de Fomento por designación socialista del efímero gobierno de coalición entre UPN y PSN. En la rumorología foral no se duda demasiado del vínculo político-económico-sentimental de Incita con el PSN.
Con el respaldo de la CAN, UPN y PSN (estamos tentados a decir directamente “el quesito” por abreviar) puede entenderse que digamos que el sistema estaba con Incita.
Pero el sistema era bueno y sentaba las bases del progreso de Navarra. Eso al menos parecía entonces bastante claro, aunque ahora no tanto. Tampoco los trabajadores de Incita ni TB-Solutions ven claro lo de Gorka Jiménez como empresario del año, o de cien a cero en un año.
Los últimos días de Incita
Que en 2010 la CAN fuera el inversor y cliente de referencia de Incita era la máxima carta de presentación para cualquiera. Salvo para los lectores de algún digital anónimo y pocos más que ya advertían de algún problema en el paraíso. Sin embargo, en muy poco tiempo sucedió que el hecho de que el destino de alguien se encontrara ligado al de la CAN pasó de ser una garantía a ser una maldición.
Incita aún tuvo un último destello en su efímera trayectoria cuando se produjo la fusión fría con Banca Cívica y se convirtió en proveedora de software de todo el conjunto.
Naturalmente, si la CAN se hundía, tan bueno como era antes estar pegado a ella ahora era malo en la misma proporción depender de la CAN.
Y quien dice CAN, dice Banca Cívica.
En realidad, en mitad del naufragio de Banca Cívica, cuando se hizo impostergable su absorción por parte de una entidad más solvente, tuvo lugar un episodio curioso al apostar públicamente Roberto Jiménez por la fusión con IberCaja. No faltó quien entonces destacó el hecho de que si Banca Cívica se fusionaba con IberCaja eso podía suponer la salvación de Incita, puesto que Incita se había fusionado a su vez con otra empresa llamada TB-Solutions que era a IberCaja un poco lo que Incita era para Caja Navarra. La fusión con CaixaBank, que tenía su propio software, representaba sin embargo una situación muy difícil para la supervivencia de Incita.
Efectivamente. En las últimas semanas a Incita le han embargado los locales de Pamplona e Iberdrola le ha cortado el fluido eléctrico. La empresa ha quebrado y los trabajadores han recibido una indemnización de 20 días a cargo del FOGASA. Obviamente los trabajadores se encuentran entre indignados y atónitos.
Hasta aquí los hechos.
Naturalmente no falta quien en el análisis de lo sucedido no duda en calificar este triste fracaso empresarial como un nuevo soufflé salido del horno del sistema foral. La charca, que dicen otros.
Al margen del caso concreto de Incita, da la impresión de que el sistema ha pasado de ser algo que ayudaba o pretendía ayudar a generar riqueza a algo sin lo que, al margen de, o en contra del cual no se puede mover un billete ni generar nada en Navarra. O muy difícilmente. ¿Acaso no pasa eso con cualquier sistema cuando crece demasiado y se politiza?
Llegado ese momento, para hacer lo que sea, resulta más importante la posición en el propio sistema y la relación con sus dirigentes que la bondad intrínseca de la cosa a emprender.
Lógicamente, el sistema se vuelve más vulnerable en la medida en la que toda empresa o iniciativa que promueve depende más de la relación de sus impulsores con los dirigentes del sistema que con la propia bondad e interés de la cosa a promover.
Y evidentemente, llegado el colapso del sistema, cae todo lo que del sistema depende.
Por no hablar de los daños colaterales.
Lo más preocupante es que la práctica totalidad de los partidos navarros, más en cuanto más colectivistas e izquierdistas son sus ideas, están más en la filosofía de recambiar a los dirigentes del sistema e incluso ampliarlo que en la de desmantelarlo.
Lo que ha quedado al final se parece efectivamente bastante a Sillicon Valley. Después de bombardear Sillicon Valley.
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5 respuestas
Plantas crecidas a la sombra del poder se agostan en cuanto les falta el riego de la rica subvención y de la dulce contrata pública.
Espero que estos flecos se investiguen hasta el final. Seguro que si hay una Comisión de Investigación en el Parlamento Bob Jiménez votará a favor de su creación,¿no lo creen así los lectores de NC?
…Yo tampoco.
Una tras otra van cayendo, como en “10 negritos”, las fichas del dominó fallero, todo cartón piedra, del Sanzogoñismo, sistema de depredación y esquilmado, de robo legal, hecha por una panda de bandoleros con corbata. Ahora cae la pata tecnológica, después de caer los brazos políticos (psn/upn) y la cabeza financiera (Can). Queda el soporte mediatico, representado por Diario De Navarra, materializado el el peloteo inmisericorde a Goñi y sus mascaradas del Tipo Civican.
Acabo de recibir una denuncia contra mí del instituto Navarro de Igualdad y de la Concejalía de la Mujer. Me amenazan con encerrarme en la nevera del Castillo de Olite si no redacto de nuevo el texto anterior. Debe decir «Bandoleros y Bandoleras de corbata o Foulard». Mis disculpas a las no aludidas.
Hoy martes Diario de Navarra -tras esta noticia de NC ayer lunes -da noticia de Incita .
Pues a ver cuando empezais a pedir dimisiones de esta gentuza, porque de eso no hablais.