Pantanos, profetas y predicciones

Un meteorito puede chocar con la Tierra. Va a estrellarse un avión. Un pantano puede reventar y provocar una catástrofe.

No obstante, cuando alguien profetiza cualquiera de estas cosas la predicción tiene que someterse a ciertas reglas para merecer algún tipo de credibilidad o reconocimiento.

Porque no hace falta ser profeta para saber que hay meteoritos en el espacio, aviones que se estrellan, atentados terroristas, acciones que suben en bolsa, pantanos que revientan…

Al profeta hay que exigirle un poco más de concreción.

Es por ello que proponemos algunas reflexiones sencillas para empezar a valorar a las personas que predicen acontecimientos catastróficos.

Concreción y datación

No es lo mismo anunciar que va a estrellarse un avión que anunciar que va a estrellarse hoy un avión de Iberia a las 21:45 en Valencia. Que algún avión va a estrellarse en las próximas semanas o meses en algún lugar del mundo es seguro. No hay que ser profeta para saberlo.

Pero nadie se subirá o dejará de subir a un avión por una predicción tan difusa.

Todo el mundo sabe que el año que viene morirán cientos de personas en las carreteras. ¿Pero alguien puede dar los nombres? ¿Cerramos todas las carreteras entretanto?

Cuando alguien lleva a cabo una profecía interesa por tanto atender a su concreción, pero también verificar el historial de aciertos y fallos del profetizador, entendiendo como acierto el cumplimiento de una predicción concreta y determinada en el tiempo cumplida en el lugar, términos y fecha previstos.

Si aplicamos estos criterios a aquellas personas que realizan predicciones sobre pantanos, para tomarlas en serio necesitamos saber exactamente qué pantano va a reventar y en qué fecha concreta, si va a ser por un terremoto o por el deslizamiento de una ladera. De entre todas las predicciones de los últimos tiempos, no hay ninguno que señale a un pantano concreto, en el sentido de que aquellos pronosticadores que han anunciado el fallo de la presa de Yesa, han pronosticado previamente también el fallo de Itoiz y el de muchos otros embalses. En realidad, su predicción pretende que todos los embalses de España pueden reventar en cualquier momento. Lo cual se parece sospechosamente al tipo de predicción de que un avión cualquiera se puede estrellar en cualquier momento en cualquier lugar del mundo.

Un experto recomendaba hace algunos meses la inmediata evacuación de Sangüesa. Pero al parecer la rotura de la presa no era inmediata.

De hecho no se ha roto.

¿Puede concretarse un momento para la rotura?

¿Es inminente?

¿Se ha roto últimamente alguno de los pantanos que pronosticaba este experto.

¿Al menos se nos puede asegurar que la presa no aguantará más de un año? ¿Se nos puede dar una fecha tras la cual la profecía se pueda considerar fallida?

Si el tiempo pasa y una catástrofe no se cumple, la credibilidad de la profecía se debilita. ¿Cuánto tiempo debe pasar sin que Itoiz o Yesa se rompan para que pierdan credibilidad las profecías catastrofistas?

Desde el punto de vista de las premisas lógicas que hemos expuesto, juzguen ustedes mismos la credibilidad de las insistentes profecías sobre roturas de pantanos que nos persiguen desde hace años y años.

Lo que sí es fácil de determinar por los expertos, más allá de toda profecía, es el efecto catastrófico sobre la agricultura, la disponibilidad de agua potable o el control de las avenidas de agua si no existieran los embalses.