Desigualdad y Fueros

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El socialismo tiene un grave problema conceptual con la desigualdad. Tal vez es por ello que los socialistas catalanes y andaluces han abierto la veda contra los Fueros. O que el mismo problema tenga UPYD, un partido cuyos principales líderes provienen del socialismo.

En un bloque de pisos cualquiera, es casi seguro que cada vecino haya pagado un precio distinto por su piso. Por un lado porque quizá todos los pisos no sean iguales, aunque estén en la misma casa, y por otro porque tampoco todos los vecinos tienen por qué haber comprado el piso en el mismo momento, al mismo vendedor o en idénticas circunstancias. Ni siquiera tienen por qué haberlo comprado. Cada cual tiene su contrato y cada vecino vive allí por sus particulares circunstancias.

La desigualdad, por otro lado, nada tiene que ver con la desunión. Un ejemplo evidente de pluralidad en la unión son los EEUU. Por el mismo delito, por ejemplo, un estadounidense puede ser encarcelado o ejecutado depende del estado en el que lo cometa. Aunque en España ninguna comunidad autónoma puede redactar su propio código penal, es improbable que estemos más unidos y orgullosos que los ciudadanos estadounidenses, que por otra parte son tan distintos como lo puedan ser Texas y Alaska.

No es que todos no seamos españoles, es que no somos iguales en todo. Aceptar nuestro pluralismo nos acerca, rechazarlo nos enfrenta.

Somos asimétricos, aunque sea más lo que nos une que lo que nos separa.

España es asimétrica.

El socialismo no comprende este hecho.

Y sin embargo hasta el socialismo es asimétrico.

El PSC ataca los Fueros siendo él mismo una especie de reino foral respecto a la unión eque principal con el  PSOE.

Los mismos socialistas erráticos que ahora arremeten contra el Convenio, el Cupo y los Fueros, antesdeayer estaban defendiendo el Estatuto de Cataluña y la creación de una Agencia Tributaria Catalana y su propio convenio. El cual, por cierto, habían rechazado unos años antes.

Por tanto no hace falta discutir con ellos, sólo esperar a que pasado mañana vuelvan a pensar otra cosa, en espera de que poco después vuelvan a pensar la contraria.

Fueros, convenio, aportación

De todos modos, antes de nada habría que precisar que una cosa son los Fueros, otra el Convenio y otra la cuantía de la Aportación en cada Convenio.

Es decir, que por un lado están los Fueros, cuya codificación nos remonta al siglo XIII, algo así como la Constitución de Navarra, de los cuales la fiscalidad es sólo una expresión.

Por otro lado está el Convenio. Que también es una manifestación o una consecuencia de los mismos. Un instrumento para llegar a acuerdos.

Finalmente, el Convenio sirve para acordar la determinación de la Aportación concreta al estado. Es decir, la cantidad concreta que Navarra paga por los servicios que recibe del estado central. El Convenio es el instrumento mediante el que se acuerda la Aportación.

Hay quien arremete contra los Fueros confundiendo una cosa con la otra. Es frecuente encontrar políticos y comentaristas que están arremetiendo contra los Fueros cuando con lo que realmente no están de acuerdo es con la cuantía de la Aportación. No hablemos ya de la frecuencia con la que se confunde Navarra con la CAV y por tanto el Convenio con el Concierto y la Aportación con el Cupo.

Aclarar estos conceptos es un ejercicio necesario previo a cualquier discusión.

Por último, resulta preciso insistir en la bilateralidad de los acuerdos entre Navarra y el estado. El acuerdo bilateral es la base del entendimiento entre Navarra y el estado. La bilateralidad que ha conformado la construcción del estado español nos remonta a 1512. En la medida en que las decisiones se han tomado bilateralmente, las relaciones con el estado han sido buenas; en la medida en que han sido unilaterales por parte del estado, han empeorado.

Fueros para todos

Proceder a un planchado igualador y antiforalista, en vez de solucionar un problema, podría crear otro de bastante mayor calado. Una alternativa podría ser la idea de fueros para todos. De esta manera, por un lado se reconocería y salvaguardaría la pluralidad de España, por otro lado se implantaría una igualdad jurídica entre los territorios y así además se establecería un sistema en el que cada cual tendría que competir en eficacia y buena gestión con su vecino.

Autogestinarse no es bueno ni malo, sino depende de lo bien o lo mal que lo haga cada uno.

Todo lo cual sin perjuicio de la solidaridad interterritorial y de la unidad de España.

Respecto a la que, por cierto, se da la paradoja de que últimamente los navarros no teníamos más amenaza identitaria que la de los nacionalistas. Ultimamente, en cambio, nos preocupa más lo que dice de los Fueros un político catalán o andaluz que el hecho de que los nacionalistas se encuentren al borde de la mayoría absoluta en las encuestas. He ahí la verdadera amenaza identitaria. Por culpa de algunos políticos despistados nos estamos inventando un problema, del cual sólo habría unos posibles beneficiarios.

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