En la película “La red social”, que cuenta el nacimiento de Facebook y describe la figura de su creador, el rector de Harvard dice en un momento dado: “Los titulados de Harvard no buscan un empleo, lo inventan”. En España parecemos pensar que un empleo es una cosa que te dan. Incluso una cosa que te tienen que dar. A la que opositas, quizá. Y si tiene que ser el mismísimo Risto Mejide el que alguna vez explique que la cosa no va así, pues le hacemos un huequecito en Navarra Confidencial para que hoy de la palada de cal:
No busques trabajo
No busques trabajo. Así te lo digo. No gastes ni tu tiempo ni tu dinero, de verdad que no vale la pena. Tal como está el patio, con uno de cada dos jóvenes y casi uno de cada tres adultos en edad de dejar de trabajar, lo de buscar trabajo ya es una patraña, un cachondeo, una mentira y una estúpida forma de justificar la ineptitud de nuestros políticos, la bajada de pantalones eurocomunitaria y lo poco que les importas a los que realmente mandan, que por si aún no lo habías notado, son los que hablan en alemán.
No busques trabajo. Te lo digo en serio. Si tienes más de 30 años, has sido dado por perdido. Aunque te llames Diego Martínez Santos y seas el mejor físico de partículas de Europa. Da igual. Aquí eres un pringao demasiado caro de mantener. Dónde vas pidiendo nada. Si ahí afuera tengo a 20 mucho más jóvenes que no me pedirán más que una oportunidad, eufemismo de trabajar gratis. Anda, apártate que me tapas el sol.
Y si tienes menos de 30 años, tú sí puedes fardar de algo. Por fin la generación de tu país duplica al resto de la Unión Europea en algo, aunque ese algo sea la tasa de desempleo. Eh, pero no te preocupes, que como dijo el maestro, los récords están ahí para ser batidos. Tú sigue esperando que los políticos te echen un cable, pon a prueba tu paciencia mariana y vas a ver qué bien te va.
Por eso me atrevo a darte un consejo que no me has pedido: tengas la edad que tengas, no busques trabajo. Buscar no es ni de lejos el verbo adecuado. Porque lo único que te arriesgas es a no encontrar. Y a frustrarte. Y a desesperarte. Y a creerte que es por tu culpa. Y a volverte a hundir.
No utilices el verbo buscar.
Utiliza el verbo crear. Utiliza el verbo reinventar. Utiliza el verbo fabricar. Utiliza el verbo reciclar. Son más difíciles, sí, pero lo mismo ocurre con todo lo que se hace real. Que se complica.
Da igual que te vistas de autónomo, de empresario o de empleado. Por si aún no lo has notado, ha llegado el momento de las empresas de uno. Tú eres tu director general, tu presidente, tu director de marketing y tu recepcionista. La única empresa de la que no te podrán despedir jamás. Y tu departamento de I+D (eso que tienes sobre los hombros) hace tiempo que tiene sobre la mesa el encargo más difícil de todos los tiempos desde que el hombre es hombre: diseñar tu propia vida.
Suena jodido. Porque lo es. Pero corrígeme si la alternativa te está pagando las facturas.
Trabajo no es un buen sustantivo tampoco. Porque es mentira que no exista. Trabajo hay. Lo que pasa es que ahora se reparte entre menos gente, que en muchos casos se ve obligada a hacer más de lo que humanamente puede. Lo llaman productividad. Otra patraña, tan manipulable como todos los índices. Pero en fin.
Mejor búscate entre tus habilidades. Mejor busca qué sabes hacer. Qué se te da bien. Todos tenemos alguna habilidad que nos hace especiales. Alguna singularidad. Alguna rareza. Lo difícil no es tenerla, lo difícil es encontrarla, identificarla a tiempo. Y entre esas rarezas, pregúntate cuáles podrían estar recompensadas. Si no es aquí, fuera. Si no es en tu sector, en cualquier otro. Por cierto, qué es un sector hoy en día.
No busques trabajo. Mejor busca un mercado. O dicho de otra forma, una necesidad insatisfecha en un grupo de gente dispuesta a gastar, sea en la moneda que sea. Aprende a hablar en su idioma. Y no me refiero sólo a la lengua vehicular, que también.
No busques trabajo. Mejor busca a un ingenuo, o primer cliente. Reduce sus miedos, ofrécele una prueba gratis, sin compromiso, y prométele que le devolverás el dinero si no queda satisfecho. Y por el camino, gánate su confianza, convéncele de que te necesita aunque él todavía no se haya dado cuenta. No pares hasta obtener un sí. Vendrá acompañado de algún pero, tú tranquilo que los peros siempre caducan y acaban cayéndose por el camino.
Y a continuación, déjate la piel por que quede encantado de haberte conocido. No escatimes esfuerzos, convierte su felicidad en tu obsesión. Hazle creer que eres imprescindible. En realidad nada ni nadie lo es, pero todos pagamos cada día por productos y servicios que nos han convencido de lo contrario.
Por último, no busques trabajo. Busca una vida de la que no quieras retirarte jamás. Y un día día en el que nunca dejes de aprender. Intenta no venderte y estarás mucho más cerca de que alguien te compre de vez en cuando. Ah, y olvídate de la estabilidad, eso es cosa del siglo pasado. Intenta gastar menos de lo que tienes. Y sobre todo y ante todo, jamás te hipoteques, piensa que si alquilas no estarás tirando el dinero, sino comprando tu libertad.
Hasta aquí la mejor ayuda que se me ocurre, lo más útil que te puedo decir, te llames David Belzunce, Enzo Vizcaíno, Sislena Caparrosa o Julio Mejide. Ya, ya sé que tampoco te he solucionado nada. Aunque si esperabas soluciones y que encima esas soluciones viniesen de mí, tu problema es aún mayor de lo que me pensaba.
No busques trabajo. Sólo así, quizás, algún día, el trabajo te encuentre a ti.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/al-contrataque/busques-trabajo-2394122
3 respuestas
La verdad es la verdad, la diga Agamenón o como en este caso…su porquero.
Nada que objetar sólo que añadir.
Déjate los hígados trabajando para llevar cuatro pesetas a casa y paga tres en impuestos de las que dos serán para pagar corruptos.
Eso si tienes la suerte de llevarte ese mes cuatro a casa que en su mayoría te llevarás una y no podrás ni pagar los impuestos y te embargarán lo poco que tengas para poder pagar a esos mismos corruptos claro.
Pues nada: haced caso a Jristo.
Pero no hagáis una SL, porque al ser administradores hay que darse de alta en autónomos. Y hay que pagar a Notario, registro mercantil.
Prepárate para hacerte un experto en iva, impuestos, facturación, contabilidad. No cometas ningún error. Hacienda no los comete ni bromea. Es tu socio para los beneficios, y uno que pasa por ahí si hay pérdidas. Incluso si hay pérdidas, hacienda cobra sí o sí. Tu «colaboras» obligatoriamente y por tu cuenta satisfacciendo las cada vez mayores obligaciones formales. Gasta más para que hacienda, con menos esfuerzo, haga su trabajo mejor, que es sangrarte. No hay deducción. Su trabajo es TU trabajo. Asúmelo pronto.
No contrates a nadie. Si no tienes remedio, comprende que él no te indemniza a tí cuando le contratas, pero por algún extraño motivo tu si tienes que indemnizarle a él, si por cualquier motivo tienes que despedirlo. El tiene muy claros sus «derechos» y no tendrá ningún reparo en exigirtelos ante los Tribunales (y ademas denunciándote a la inspección de trabajo y fiscal si es necesario, y sin ningún conflicto moral) si puede presionarte para obtener el máximo de sus derechos «cogiéndose una baja por depresión» lo hará. El medico se la dará y la inspección médica no hará nada. Olvídate de los oTribunales. Ellos tutelan al trabajador. El empresario es un explotador que abusa de su posición de fuerza, y no hay más, en el 99% de los casos.
Luego contratar asesores laborales para gestionar los 41 tipos de contratos posibles, el simplicísimo marco regulatorio laboral donde absolutamente todo es responsabiidad tuya (incluso la imprudencia del trabajador).
Piensa que sumando todos los costes asociados, tendrás que pagar un 50% del sueldo en los diversos impuestos contra el trabajo (cotizaciones).
Arrendar es muy divertido, adesso. El dueño de un local fétido te «permite» hacer obras y arreglar(le) el local, pero no te reducirá ni pela la factura. Naturalmente, siempre, todo lo que te entrega está «en perfecto estado» según el contrato Todo funciona. En cuanto entras, del mantenimiento te encargas tú. El se limita a cobrar.
Si tienes que reclamar alguna vez por los impagos, prepárate para pagar gastos de procurador (absurdos), la tasa del amigo Gallardón, y a recibir una sentencia escupida a toda prisa (tarde y mal) por un juez sobrecargado de trabajo, en un proceso absurdo, que será además inejecutable porque el deudor es un tipo más listo que tu, no tiene nada a su nombre, y aunque tu le ves trabajar en un cochazo, que cambia cada año, inexplicablemente nadie consigue cobrarle nada. Eso sí, a tí te caerá la del pulpo como cometas un error.
En el banco te cobrarán por la gestion de cobro de cualquier efecto. Y si te devuelven el recibo, encima te cobrarán de un 3 a un 7% por el disgusto tan tremendo que se lleva el banco por que TU no has cobrado. Y te devolverán ese cargo que tu les has pedido que atiendan, aunque lleves liquidando tus deudas religiosamente los últimos 10 años. El banco es el banco, y mahoma es su profeta.
Nadie te va a prestar un céntimo si no das en garantía tu casa, la de tus padres y a tu santa esposa/o. Bueno. Nadie te va a prestar nada incluso con eso,porque los bancos están quebrados y el dinero se lo lleva la Excelentísima DFN o el Estado.
Los poderes demuestran ese poder llenando millones de paginas de leyes: decretos, reglamentos, ordenanzas, circulares, directivas como si acumulando papel pudieramos poner orden a lo que es cuestión de sentido común y decencia. Pero eso exige una cosa: voluntad permanente de cambiar y esto a su vez otra: ponerse de acuerdo en torno a qué futuro queremos. Una prorroga de toda esta mierda, o una cosa distinta.
Este es el horizonte real del país.
Algo tiene que cambiar radicalmente.