La realidad no termina de casar con las previsiones que desde hace ya alguna década auguran más calor y más sequía año tras año. El tiempo (tanto en el sentido cronológico como en el climatológico) se empeña en no terminar de dar la razón a los “calentólogos”. Sigue habiendo lluvia. Sigue habiendo invierno. Sigue habiendo nieve en los Pirineos. Claro, hay años más cálidos. Y luego vienen años más fríos. Cuando el año es cálido creemos un poco más en el calentamiento global, pero cuando es frío creemos un poco menos. En realidad, la señal de alarma más importante de cara a un posible calentamiento se encuentra en el Polo Norte. El problema es que, puesto que el CO2 se reparte de manera uniforme por toda la atmósfera, en realidad no existe una razón clara para que el Polo Norte se recaliente particularmente por culpa de este gas. Para mayor perplejidad, el Polo Sur no sólo no se calienta al mismo tiempo sino que se enfría. Vivimos en un planeta que entra la duda de calentarse o enfriarse parece haberse vuelto “bipolar”. Sirva como ejemplo este gráfico de la evolución del hielo acumulado en la Antártida:
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El geógrafo Antón Uriarte nos aporta en su blog el dato de que el Polo Norte es un tanto travieso y que entre 1910 y 1945, cuando las emisiones de CO2 eran mucho menos significativas que ahora, de hecho ya sufrió una anomalía similar a la que puede estar atravesando ahora. La gráfica corresponde al citado período 1910-1945:
Lo que sí apreciamos en cambio es que en el hemisferio norte sigue nevando con ganas en los últimos años, tras una racha en que lo hizo menos intensamente. Lo normal, pero con una bola de nieve en la mano el calentamiento global como que agobia un poco menos. Sucede que es difícil tomarle las medidas al clima para hacerle un traje porque el planeta pasa de nosotros, es inconstante y no se está quieto mientras medimos.
Podría suceder por el contrario que este año, con los problemas para abrir el puerto de Belagua por la altura de la nieve acumulada, la colegiata de Roncesvalles medio sepultada o las calles de Burguete y Espinal impracticables, nos diera por alarmarnos ante un posible enfriamiento global y empezar a subvencionar el carbón y los automóviles, cosa que por otra parte ya hacemos puesto que tenemos cierta tendencia a arruinarnos subvencionándolo todo. Entretanto, mientras estamos distraídos mirando el termómetro nos cae encima un meteorito de 10.000 toneladas. Urge crear un nuevo impuesto para poder subvencionar un dispositivo antimeteoritos.
10 respuestas
Muy buen artículo, si señor.
Dice verdades como puños. A ver si con artículos como este empezamos a pensar por nosotros mismos y no nos tragamos todas las mentiras (cada día mas gordas) que tienen la desfachatez de contarnos como grandes noticias. Si con artículos como este se pone de moda pensar por uno mismo, ¡que grán logro!
También es cierto que cualquier montañero que lleve 25 años pisando hielo puede contar la práctica desaparición de casi todos los glaciares del Pirineo en este tiempo.
Sin querer extenderme, me acuerdo de lo que fueron los glaciares de la casa S del Aneto, el de la Brecha Latour, el de Robiñera, el del Taillon, el de la Munia, el del Portillón de Oô…
Que la contaminación afecta al clima es innegable. Ahora bien, los ciclos del clima son tan largos que todavía no disponemos de información suficiente como para valorar qué grado de afección real tiene .
Hay demasiada literatura…
No soy científico. No puedo por ello dar una opinión valorable. Pero sí observo el mundo, y de ello saco algunas conclusiones: los glaciares de los Pirineos están desapareciendo. Empresas mineras y petrolíferas están gastando cantidades astronómicas para estudiar las posibilidades de Groenlandia y el Ártico, que hasta hace poco era inaccesible para los extractores de riquezas minerales.
Supongo que el clima el cíclico: todos conocemos que ha habido glaciaciones, eras más frías y eras más cálidas. Lo importante es dilucidar científica y neutralmente si esto es consecuencia de un ciclo natural o influenciado por el hombre.
Y no dejarse llevar por dogmas, sean de uno u otro sentido.
He dicho.
Y ¿qué hacemos con todos esos «profetas» que se están forrando con predicciones que no se cumplen? ¡Menuda industria hay montada con todo esto del calentamiento global!, a costa de nuestros bolsillos, claro.
Uno de los argumentos de esos «chupopteros» es que las masas de hielo están desapareciendo a causa del calentamiento y que, por lo tanto, el nivel del mar se elevará e inundará actuales espacios de tierra desapareciendo del mapa islas, parte de ciudades etc. etc., pues bien, si Vds. visitan la antigua ciudad romana de Éfeso (Turquía), pueden ir paseando hasta el que fue su puerto marítimo; cuando estén alli, podrán ver donde se amarraban los barcos, entonces pueden preguntar ¿y el mar?, ¡ah, bueno! les dirán, el mar ahora esta allí ¡a 15 Km.!.
La realidad es que las masas de hielo desaparecen de unos lugares pero se acumulan en otros, los «ecologetas» esgrimen fotografías del hielo que desaparece pero ocultan las otras. Existen datos suficientes al respecto.
Como bien dice N C «el planeta pasa de nosotros», pero siempre hay «aprovechateguis» que saben montar impunemente su chiringuito, a costa del dinero de todos, apoyándose en la candidez del personal.
Que en este mundo se hace negocio con todo es innegable. Que el ecologismo radical es casi como una religión y viven de vender a precio bien caro y subvencionado «auténticos» remedios contra el calentamiento global, como antiguamente la Iglesia vendía bulas, «auténticas» plumas del Arcángel San Gabriel y tantos trozos del verdadero «lignun crucis», que puestos uno detrás de otro darían dos veces la vuelta al mundo, ni qué decirlo. Pero así como muchos me dirán que es argumento flojo y de mal gusto para negar la verdad de la religión católica, sacar a colación falsas reliquias, también habremos de convenir que atacar al ecologismo porque haya quien se lucre con soluciones pseudocientíficas no es de recibo.
Negar la acción del hombre en el medio y que esta acción transforma el mundo no siempre para bien es política de avestruces. Todavía recuerdo mis años de escuela de pueblo, y que en la Enciclopedia Álvarez, nos decían que el mar cubre las tres cuartas partes de la tierra y es «fuente inagotable de riqueza». No han pasado tantos años y he podido comprobar que la pesca, así como otros recursos, se agotan y que lo único inagotable es la avaricia humana.
Si cuidamos nuestra casa y nuestro jardín particular: ¿No es de locos descuidar el mundo, que es la casa y el jardín común a todos?
No sé si se refiere a mi comentario anterior, amigo Mandeville, no obstante dejo constancia de que no estoy en contra del ecologismo, estoy en contra de los «ecologetas», «chupópteros» y «aprovechateguis» que hacen negocio con el chantaje y con el dinero de los demás. Estoy en contra de esa «prestigiosa organización ecologeta» que, mientras ponía el grito en el cielo contra las obras del pantano de Itoiz, no decía ni mu contra la presa de Rialp, en el Pirineo catalán, porque había recibido el clásico «sobre» con mil millones de pesetas de la Generalitat. Estoy en contra de esas otras «organizaciones científicas» que, sabiendo la falsedad de sus teorías, fueron capaces de amenazar, estigmatizar e, incluso, arruinar a otros científicos que les descubrieron el pastel. Estoy en contra de todos esos gobiernos (casi todos «de progreso») que dilapidan el dinero del contribuyente financiando, directa o indirectamente, a esas organizaciones o inculcando desde la escuela esa pseudoreligión ecologeta.
Por supuesto que soy partidario de mantener limpio el planeta como nuestra casa o nuestro jardín, para lo cual, tendremos que empezar por barrer todas esas falsas teorías dogmáticas impulsadas por gente que se lucra impunemente a través de ellas.
Yo tampoco soy científico, pero me interesa mucho la coservación del medio ambiente, aunque sólo fuera por legar a mis hijos el mundo en la mismas condiciones que se lo encontró mi generación. (Y si fuera posible mejorarlo.)
Me parece de inconscientes centrar este debate en la lluvias o fríos de un año, porque me parece absurdo tomar como referencia en la vida de la tierra un periodo de un año o un lustro aunque fuera.
Lo que es irrefutable es que el tamaño de los polos, de los hielos árticos y antárticos sigue menguando.
Lo que nadie, que pase de los 30 años, puede negar es que el clima actual mantiene temperaturas más altas a las existentes cuando éramos escolares. Antes llovía varios meses no sólo uno, existían nevadas como la de éste año o similares y desde luego en Pamplona yo recuerdo nevadas mucho más grandes que las de éste año.
Dicho ésto me gustaría que se reflexionara sobre el momento en el que deberíamos alarmarnos con la situación. Vamos que si no vamos a dar importancia al retroceso del hielo en los polos hasta que no existan o si por el contrario tomaremos medidas antes de que ésto ocurra.
El hilo polar en algunos sitios tiene una antiguedad de miles de años, y una expesura que se puede medir en kilómetros, en los años 50 y 60 exitían glaciares milenarios que han desaparecido. ¿Cuando creen algunos de ustedes que tendremos que tomarnos el tema en serio? Cuando sea irreversible la tendencia, un año que pasemos sed, cuando el hielo en los polos sólo se vea en documentales…
Y no hablo del las lluvias, ni de las nevadas de éste año, hablo de la tendencia actual del clima mundial, que no se ve afectada por un invierno frío en 2013, hablo de como el hombre está afectando al clima mundial, a la conservación del habitat de especies animales o vegetales, etc.
No creen ustedes que sería muy bonito legar a nuestros descendientes un mundo mejor que el que nosotros conocimos, un medio ambiente en mejoría y no en declive continuado.
«Lo que es irrefutable es que el tamaño de los polos, de los hielos árticos y antárticos sigue menguando». Pues no, amigo Luis, eso es perfectamente refutable, fíjese lo que deciía el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático) de la ONU, que es el principal exponente de la teoría del cambio climático, en su informe de 2007: «el deshielo del casquete de Groenlandia está elevando el mar 0,21 milímetros al año. En otras palabras, al ritmo presente, en cien años Groenlandia contribuiría a aumentar el nivel del mar en 2,1 centímetros. Los estudios científicos sobre el ritmo de deshielo del casquete de Groenlandia confirman sistemáticamente lo reducidísimo de su actual influencia sobre el nivel de los océanos».
Por otro lado, un grupo de investigadores del Laboratorio de Procesos de la Hidrosfera, del Centro Goddard de la NASA, ha publicó en la revista Science (vol. 289, nº 5.478, año 2000) un estudio sobre la variación de la capa de hielo de Groenlandia basado en miles de kilómetros de vuelos con altímetros laser para medir la profundidad del casquete en dos años diferentes («Greenland Ice Sheet: High-Elevation Balance and Peripheral Thinning»). Su cálculo dio una incidencia sobre la subida del mar de 0,13 milímetros por año, o 1,3 centímetros por siglo, al ritmo actual.
Es elocuente que no fuera noticia en ningún medio la imagen de la NASA que comparaba la extensión del hielo en el verano austral de 1980 con el de 2008. Esa imagen hace inconestable que hay muchísimo más hielo en el Polo Sur en 2008 que en 1980. Sin embargo, por alguna extraña razón, esto no fue noticia en su momento.
Por otro lado Al Gore, el gurú que se está forrando con este tema, pero que conoce bien lo señalado anteriormente, se cuida mucho en no mencionar un plazo preciso para que tenga lugar la «inminencia» y las consecuencias terroríficas que producirían en la tierra sus teorías. Él sabe bien que, en las circunstancias más desfavorables, la catástrofe «inminente» que él pronostica tendría lugar dentro de 5.000 años y en el mejor de los cason dentro de 17.000 años.
Además, el científico sueco Svente Arrhenius, que fue el primero en estudiar el efecto invernadero, ve el calentamiento global como algo positivo, ya que haría que aumentaran las cosechas, lo cual, tendría como consecuencia la reducción del hambre en el mundo.
Vamos a ver clarete, que yo no he hablado del nivel de los océanos, eso solo lo hace usted.
Que el nivel de los océanos no se incrementará notablemente con el deshielo de los polos, poca importancia tiene si ya han desaparecido los polos por el calentamiento global.
Al igual que hay sujetos, que según usted, se están lucrando con el catastrofismo conservacionista, no es menos cierto, que también hay muchos intereses económicos en demostrar que no hay que preocuparse, que se puede seguir con el ritmo actual de desgaste del planeta.
Según algunos científicos, muchos de ellos a sueldo de empresas multinacionales, no hay problema alguno, cada día estamos mejor, más hielo en los polos, más frío que nunca… Y si al final resulta que se deshielan los polos mejor, más alimentos y cosechas para todo el mundo. Pues nada, todo solucionado, no hay porque preocuparse.
En cuanto a que en el 2008 la NASA fotografió más extensión blanca de nieve que en el verano de 1980, este dato no quiere decir nada por sí solo, ya que aunque ese año tuviese más nevadas o más frío que en 1980, no consigue que se recuperen los glaciares ya perdidos, ni tampoco quiere decir que la tendencia de deshielo se este revirtiendo.