NAVARROMETRO Y TENDENCIAS Hay un aspecto complejo de la política navarra que es muy preocupante. El navarrómetro indica claramente una tendencia del voto nacionalista: aunque lentamente, va aumentando de forma sostenida. Y una tendencia del votante socialista: se están aproximando al nacionalismo, como sucedió en el País Vasco. Como el problema no está en que ellos ofrezcan nada mejor de lo que tenemos, habrá que buscar la causa de estas curiosas adhesiones. Creo que el problema está en la política en educación y sobre el euskera que se ha realizado en los veinte últimos años, y que empieza a dar ahora sus frutos. Los nacionalistas están copando la educación y muchas plazas de funcionarios. El hecho de que durante años haya primado tanto la valoración del euskera en las oposiciones hizo que muchos metieran a sus hijos en las ikastolas o en la línea de euskera, y que muchos funcionarios nacionalistas tuvieran más oportunidades que otros. Además, la educación en euskera nunca es neutral. Se dedican a adoctrinar a la gente con tenacidad, y a veces con violencia, también con el dinero de nuestro impuestos. Y tanto en la escuela pública como en las ikastolas, si los padres no responden al perfil ideológico requerido, le hacen la vida imposible a los niños, así que los padres se van mimetizando con el ambiente y terminan con un síndrome de estocolmo atroz. Por otra parte, la educación secundaria en la escuela pública ha dejado casi todas las plazas de profesores de historia y otras materias sensibles en manos de nacionalistas o próximos a ellos. Se mueven bien, presionan mucho y juegan sucio, pero con inteligencia. La realidad es que esta política de presión cultural, unida a la influencia creciente del Diario de Noticias, y al hecho de que el Diario de Navarra ha abdicado de su vocación pedagógica navarrista en favor de la «pela», hacen que la opinión pública quede en manos de todos ellos. Urge buscar soluciones a esta colonización tenaz y progresiva. El problema del PSN es que siempre que ha necesitado el apoyo de los nacionalistas para gobernar, les ha entregado un cachito más de la educación. Y ellos que son inteligentes, no como la derecha sin valores que no se entera, han ido ganando y blindando sus espacios, y cada vez es más difícil echarlos. Tenemos un problema. Vitoria está bien cerca como para que no nos demos cuenta de cuál es la estrategia. Reconozco que la solución no es fácil, pero tengamos claro que aunque gane UPN esta vez, si no se pone coto a esta descarada estrategia de los nacionalistas, dentro de unos años ya no habrá opciones: serán la mitad más uno. Y aunque parezca que tienen derecho, no lo tienen. Lo mismito hizo Hitler con la población Alemana desde 1933 a 1945, y nunca se consideró que fuera algo bueno, porque esta gente se vale de la presión salvaje y antidemocrática, del engaño y de la mentira histórica para imponerse. No nos chupemos el dedo, que aquí los únicos tontos somos nosotros. Pilar Aizpún Bobadilla