Si el día 5 de enero, con máximas en Pamplona de 17,4 grados, a alguien se le hubiera ocurrido seguir cuestionando el calentamiento global apocalíptico, todo el mundo le hubiera mirado pasmado. Si esa misma persona mantiene hoy el mismo discurso, o incluso anuncia una nueva glaciación, podríamos pensar que a lo mejor no va desencaminado. El efecto psicológico de que al otro lado de la ventana achicharre el sol o esté nevando nos puede llevar fácilmente a sobrevalorar o infraponderar los datos. Es por ello que precisamente conviene quizá de vez en cuando repasar algunos números.
El 2012, un año normalito
En e blog de Antón Uriarte encontramos una gráfica que nos resume el año 2012 en términos de temperatura. El resultado es que el pasado año fue de lo más normalito, con 0,16 grados por encima de la media 1981-2010. Otra forma de resumirlo es que nada de nada de apocalipsis climático.
Una década normalita
Otra dato interesante que también encontramos en una entrada anterior del mismo blog es que tampoco ha crecido la temperatura global durante la última década.
Todo lo anterior nos lleva a tener que considerar una anormalidad relativamente normal que un día estemos en enero a 17 grados y a los pocos días nos desayunemos con el paisaje urbano nevado. La temperatura del planeta lleva siglos subiendo, pero que en los últimos años se esté produciendo un calentamiento anormal, causado por el hombre y de carácter apocalíptico sigue siendo objeto de debate y estudios contradictorios, la mayoría generosamente subvencionados. De momento tengan cuidado ahí fuera con la nieve y el hielo.
3 respuestas
Los.cambios bruscos de temperatura son el.resultado de la.»Oscilación del Polo Norte» . Imagínense una corriente de aire que circula entodo lo alto del globo como si contorneara los.pétalos de una margarita. Si ese.año los.pétalos son cortos, no hay grandes oscilaciones de temperatura. Si como este año.son largos, en Rusia se pueden congelar y aquí vamos a la playa en el.Sur…o al revés.
Otra cosa es por.qué cambia la.Oscilación.
Hace ya bastante tiempo que a nivel interernacional nos lanzan noticias apocalípticas encaminadas a que llevemos el estilo de vida que se han propuesto, tambien a nivel internacional.
Ocurre lo mismo con las enfermedades, las prohibiciones etc.
La buena noticia es que, como tienen todos, absolutamente todos los medios, -(también a niven internacional, nuestros políticos son solo «mandaos»)- no se molestan en dar noticias creibles y en general cáen por su propio (ilógico) peso.
Hace falta solo pensar un poquito y comparar, simplemente con la experiencia, que es algo que ellos no pueden eliminar.
¿Pero ya pensamos? ¿No preferimos que nos lo den todo pensado?
A nivel mundial, hay una industria (o una religión) montada alrededor de todo esto con lo cual, existe gente que se está beneficiando (o forrando) con todas estas monsergas y predicciones apocalípticas. No obstante, como las gentes y partidos de izquierdas las han acogido gozosas en su ideario, todo ese conglomerado «ecologeta» está bendecido y, al que no crea en semejantes dogmas, se le cuelga el cartel de hereje y punto. Argumentos que desmontan semejantes teorías hay unos cuantos, algunos con base científica (pero debidamentte silenciados incluso, con fuertes amenazas a sus autores)otros que pueden ser perfectamente observados y valorados por cualquiera de nosotros.
De todas formas, sería un buen ejercicio contestar con sinceridad a esta pregunta que hizo una persona bien instruida en la materia: ¿Cuántos impuestos de más estaría dispuesto a pagar Vd. para que la Tierra no sea 1ºC más cálida dentro de cien años?