En el artículo publicado por la razón, bajo el título “Alsasua, a la sombra de la serpiente”, destaca que la localidad está cautiva de los batasunos, que campan por sus respetos más allá de la autoridad que ejerce la alcaldesa, del partido Aralar. Señala que está llena de pintadas y referencias al entorno de ETA, como por ejemplo, “unos enormes frescos a favor de ‘la violencia como único camino para lograr la autodeterminación’, otra con el anagrama de ETA (Bietan jarrai) y una tercera de varios metros de altura que representa a un gudari (soldado vasco) con la ikurriña en la mano, caminando hacia la independencia. Trabajos de varios días que la autoridad competente no impidió realizar y que tampoco ha mandado tapar”. La impresión que transmite la periodista sobre el estado del municipio, su situación económica y gestión pública es muy negativa, y más allá de ecuanimidad de sus interpretaciones, la realidad es que ofrece una imagen triste de Navarra, que será tomada muy en cuenta por los lectores de La Razón. La periodista advierte de que buena parte de las listas no legalizadas de ANV se presentan en Alsasua y en todas las localidades que forman la comarca de La Sakana.
