NAVARRA, EUSKAL HERRIA Navarra se ha convertido en una pieza del intercambio de cromos entre el Gobierno y la banda terrorista ETA en sus negociaciones. Estas negociaciones, convenientemente alargadas y avanzadas por ETA van a permitir a Rodríguez Zapatero presentarse en 2008 con el lema del abandono del terrorismo por la banda asesina. De estas negociaciones han sido víctimas las que ya lo eran del terrorismo, más el ex fiscal jefe de la Audiencia Nacional Eduardo Fungairiño, la estricta aplicación del Estado de Derecho sobre el entorno etarra, y ahora Navarra. ETA no ha cambiado un ápice su posición, pese a lo que pueda parecer. No ha abandonado su chantaje sobre la sociedad española con su anuncio de «alto el fuego permanente». Por el contrario lo que hizo fue renovarlo, ya que la interrupción (no completa, como ha demostrado recientemente) de su actividad criminal sigue condicionada al logro de sus objetivos políticos. Y ETA no ha renunciado a ninguno de ellos. Tampoco a Navarra, que en las ensoñaciones ahistóricas de los nacionalistas forma parte de una mítica Euskal Herría, que jamás existió. Mientras tanto, el ministro Rubalcaba, bien valorado según las últimas encuestas, dice que no pasa nada grave, que la tregua empieza a ser validada y que pronto empezaremos a hablar de paz y de proceso de paz. Resulta triste este empeño de dar saltos adelante, cuando los pasos anteriores son tan endebles y están sin cerrar cuestiones fundamentales: el modelo de estado, la territorialidad, los presos,… Todas estas soluciones parciales van a impedir la paz a medio plazo, y luego las culpas les serán repartidas a partes iguales al PP, a UPN y a Aznar. P.T