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Antes de que se llenaran de carteles contra los recortes, en cualquier hospital público de Navarra se podían ver carteles y pegatinas como los que ahora les enseñamos, en los que se solicitaba a los usuarios un uso responsable de las ambulancias advirtiendo de que no eran taxis y que sólo se solicitaran en caso de emergencia. Aquellos posters y pegatinas formaron parte de campañas que trataban de poner freno a la creciente costumbre que se percibía en los hospitales de que la gente utilizara como taxis las ambulancias. “Usenos…No abuse de nosotros”, nos advertían los servicios sanitarios. Y así durante años. En todas partes parecía campar la idea de que lo público es gratuito e inagotable. Una parte de la ciudadanía ya se ha dado cuenta de lo contrario.
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No se va a dejar morir a los enfermos crónicos en su casa
En otro orden de cosas, el gobierno popular prevé una reforma normativa por la que los traslados no urgentes en ambulancia costarán 5 euros pero con múltiples matices y exclusiones. Aunque se le haya denominado como «copago», la medida parece más bien una tasa que un «copago». Da la impresión de que se le llama copago porque esta palabra, por alguna extraña razón, es la que genera más rechazo. Sin embargo, el copago es más bien el pago disuasorio de una cantidad simbólica, sin fines recaudatorios, para disuadir del abuso de un servicio (a lo que nos referíamos en el párrafo anterior), mientras que la tasa es el pago de un tributo por la utilización legítima de un servicio. Sea lo uno o lo otro, el cobro de una cantidad por usar las ambulancias que diseña el borrador de Sanidad no afectará, entre otros, a quienes cobren pensiones no contributivas o a parados sin subsidio de desempleo. Tampoco a los discapacitados que reciben una prestación social y económica o a los que sigan tratamientos como consecuencia de accidentes de trabajo o enfermedad profesional. El borrador también prevé que los enfermos de cáncer o quienes necesiten diálisis y no se encuentren en las categorías anteriores sólo paguen hasta un tope que se determinará en función de su renta. Un tope que, por lo demás, oscilará entre los 10 y 60 euros y que podrá ser mensual o semestral. El criterio general es que sólo paguen los usuarios que puedan pagar y además en función de sus ingresos. Para los usuarios con rentas inferiores a 18.000 euros, el tope será de 10 euros al mes, lo que convierte algunos titulares, por discutible que sea la medida, en claramente alarmistas y exagerados. Navarra estudiará si no aplica en absoluto el copago a los enfermos de cáncer o a las personas que necesiten diálisis. Cierto es que se trata de una medida discutible y que se puede y se debe recortar antes en otros sitios donde Mariano Rajoy no se atreve o no desea meter la tijera, pero también lo es que a las mismas personas a las que afecta este copago se les sube el IVA (mucho más indiscriminadamente y con mucho mayor impacto sobre su bolsillo) y entonces casi nadie se queja ni habla del IVA de la muerte. Eso sí, ¿alguien esperaba que con un déficit público estatal del 10% la sanidad fuera a ser mejor los siguientes años?
5 respuestas
Por lo que he leído, no tengo más información, sí es criticable que la «banda» que maneja el Gobierno se sitúe en una horquilla entre 18.000 y 100.000 euros. ¿No podian hacer varias horquillas? Porque la citada refleja situaciones absurdas fácilmente imaginables, donde un señor que gane 19.000 euros pagaría lo mismo que un señor que ganase 99.999 euros.
Ya sé que es difícil introducir el principio de capacidad económica en las tasas (que no es la categoría dogmático-jurídica en la que se encuadraría, sino en la de los precios públicos).
Habría, sin embargo, que revisar exenciones para determinados colectivos (enfermos crónicos, diálisis -y conozco el caso-) etc., pero es lo que hay aunque a mí personalmente no me guste, lo cual no quiere decir que no pueda ser necesario transitoriamente.
Nota: En España transitoriamente en el sector público suele significar para siempre.
Nada es gratis en esta vida, y al próximo que diga esa tontería del gratis se le azote públicamente, embadurne en alquitrán y llénese de plumas. Siempre hay alguien que lo paga, normalmente todos via impuestos. Y si con tasas y copagos evitamos abusos e ineficiencias, bienvenidas sean.
En España no hay manera. No aprendemos ni a la de tres. Después de la calamidad de Zapatero nos viene la cobardía de Rajoy, que tiene de estadista lo que yo de lagarterana.
Y miren que es facilito: actuar rápido y con decisión ¿lo entiende o se lo escribo en gallego? He dicho RÁ-PI-DO y con DE-CI-SIÓN:
http://www.libremercado.com/2012-12-19/la-receta-de-estonia-es-sencilla-un-estado-pequeno-e-impuestos-bajos-1276477268/
Ya lo ven. Clavadito a Don Mariano.
¿Es justo que los que cobran las pensiones no contributivas, siempre tengan más ventajas que los que cobran la pensión ordinaria?. Tengase en cuenta que «no contributivas» quiere decir precisamente eso: que no han cotizado a la S.S. muchos de ellos porque cuando estaban en activo no quisieron cotizar (su tipo de actividad se lo permitía). Ahora cobran sin haber cotizado y, encima, les suben más las pensiones (de eso alardeaba ZP) y tienen más ventajas que los demás pensionistas.
Altamente esclarecedor el artículo recomendado por Arana, ¿entenderían todo esto ZP, el L.A. Toxo, el L.A. Méndez y, sobre todo, Boby el de Pitillas?. Me quedo con esta frase referida a los demás países en crisis, incluida España: «Quizá al no haber sufrido un régimen comunista no conocen el peligro que entraña el socialismo para la economía y para el bienestar social».
Con respecto al PP, no solo es que les falta, como dice Arana, rapidez y decisión (que también), lo que les ocurre es que los que mandan ahora son los socialistas del PP que, como en todos los partidos, también los hay.