Comparativa de quesitos

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“Humilde ante Dios y la sociedad”, así juraba Iñigo Urkullu el pasado sábado el cargo durante su toma de posesión como lehendakari. Significativamente lo hacía apoyado tan sólo por su partido, el PNV con el 34% de los votos. El porcentaje, curiosamente, es el mismo que el de UPN. Ambos necesitan los mismos apoyos para llevar a cabo la  labor de gobierno. Y sin embargo existen notables diferencias entre el quesito vasco y el quesito navarro.

El quesito vasco, el quesito navarro y el quesito gallego

Para entender el mapa político navarro, se nos ha dicho que aquí no existe un eje izquierda-derecha, como en el resto de territorios:

El panorama navarro sería más complejo de forma que existiría una hélice que subdivide la izquierda y la derecha entre nacionalistas y no nacionalistas. Este sería por ejemplo el modelo vasco:

Lo cierto es que ni uno ni otro, porque en Navarra no existe un nacionalismo vasco de centro-derecha. Es decir, que la subdivisión entre nacionalistas y no nacionalistas sólo afecta a la izquierda. De este modo sí es verdad que el panorama es más complejo que en otros territorios pero más simple que en otros, lo que tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Este sería el modelo navarro:

Del gráfico anterior se deduce claramente el error del que parte la teoría del quesito del modelo Sanz, que considera que la mayoría absoluta pasa por obtener el 70% del 70% no nacionalista, cuando viendo los modelos salta a la vista que es suficiente obtener el 50% de los votos totales, que aproximadamente son los que corresponderían al centro-derecha. La ventaja para el centro derecha no nacionalista es que puede obtener la mayoría absoluta con similar dificultad a la que tiene obtener mayoría absoluta en un modelo simple con un eje izquierda-derecha. Un claro ejemplo de ello es el modelo gallego. Pero no sólo es que la mayoría del centro-derecha no sea imposible sino que la alternativa del quesito, como vamos a ver, resulta sumamente perversa.

La dictadura del quesito

Si los clientes de un restaurante no pudieran ir a otro restaurante, sin duda acabarían comiendo basura. ¿Por qué tendría que esforzarse y ofrecer calidad el dueño si sus clientes estuvieran obligados a comer siempre en su restaurante?  Cuando uno sabe que a su banco lo van a rescatar, es casi inevitable que lleve su banco a la quiebra. ¿Por qué razón iba a esforzarse en hacer las cosas bien si lo rescatan cuando las hace mal? Si sabes que no puedes ser recambiado no mejoras. Es más, la sensación de impunidad te corrompe. Los banqueros lo saben y los políticos también cuando se funden con el sistema, cuando saben que no hay alternativa. Si no hay alternativa hay impunidad y si hay impunidad hay corrupción. La teoría del quesito es intrínsecamente perversa desde este punto de vista. El cálculo del quesito parte de la base de que sumando el voto de UPN y el del PSN habría siempre una misma mayoría sin alternativa. Es lo que hubiera sucedido siempre partiendo de los resultados de las anteriores elecciones. El quesito es una forma de evitar que los nacionalistas lleguen al poder, pero también una forma de evitar que haya nunca un cambio de gobierno. Esto es casi la definición de una dictadura y el reverso tenebroso del quesito incluso para los no nacionalistas.

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El quesito vasco

Decíamos que el quesito vasco no se parece al navarro. En el quesito vasco sí hay un nacionalismo de centro-derecha encarnado por el PNV. El resultado es que el PNV puede bascular apoyándose en el nacionalismo para asuntos identitarios y apoyándose en el centro-derecha no nacionalista para asuntos económicos, como la designación de los miembros de la cúpula de las cajas vascas o la austeridad ejemplar que promete Urkullu. Hasta Bildu, que a este lado de la muga pondría el grito en el cielo contra el PSN por lo mismo, no tiene inconveniente en permitir un gobierno de derechas en la CAV por motivos identitarios. El PNV, de este modo, no tiene por qué renunciar a nada para estar en el gobierno, a diferencia de lo que sucede con los partidarios navarros de la teoría del quesito que, para pactar con el PSN, básicamente recortan el programa del centro-derecha constitucionalista hasta dejarlo en un solo punto: que no gobierne el nacioanalismo. El resultado es el descalabro en las cuentas públicas que Navarra ha vivido desde el año 2007 por culpa del gasto insostenible y sus derivadas: el déficit y la deuda.

La mayoría del centro derecha es imposible. ¿Lo es?

La base argumental de la teoría del quesito es que la mayoría del centro derecha es imposible porque el mapa electoral está más fragmentado que en otros territorios. Ya hemos visto que eso no es totalmente cierto, que no hay partidos nacionalistas de centro-derecha ni conservadores en Navarra y que lo que está fragmentado es sólo el lado izquierdo. Por tanto, conseguir mayoría absoluta es difícil, pero no mucho más difícil que en cualquier otro lado. Eso sí, una mayoría absoluta nunca se consigue con la rendición preventiva ni sustituyendo la batalla de las ideas por la aritmética post electoral, como si no se pudiera luchar antes de las elecciones por cambiar esa aritmética. La prueba es que si el gráfico anterior representa las mayorías absolutas que hubieran conseguido conjuntamente UPN y PSN en el pasado, este otro muestra que el centro derecha hubiera podido obtener mayorías casi idénticas.

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