Eso que en Navarraconfidencial llamamos cariñosamente «la teoría del quesito» es el colmo del malminorismo y el fruto del pésimo diagnóstico que en su momento realizó esa oligarquía conservadora de desde hace tanto tiempo habita en los espacios enmoquetados del reino. Dichas mentes bien-pensantes y de orden se sintieron acosadas -con razón- por las ideologías de moda: a un lado el fanatismo nacionalista vasquista; al otro lado la cerrazón socialista. En un amago de postura responsable querían evitar a toda costa el nacional-socialismo, cosa que les honra, pero en vez de rechazarlo todo, en vez de imaginar otras opciones posibles, en vez de profundizar en la tradición propia, en el espíritu de la Navarra cristiana y foral, movidos por el miedo, identificaron al nacionalismo como el enemigo público número uno y al socialismo como un posible aliado. No se si sobredimensionaron el peligro nacionalista. De lo que estoy seguro es que minusvaloraron la amenaza socialista.

A día de hoy el socialismo se ha infiltrado hasta tal punto en las mismas entrañas de aquella oligarquía conservadora que, como los viejos jerarcas del PCUS, ya no son capaces de pensar por libre. Y ahora son conservadores del socialismo. Ellos vieron en el socialismo constitucionalista un apoyo. Sus hijos se han hecho socialistas, directamente, y a veces sin saberlo. Todo lo que en algún momento pudo haber de auténtico en los representantes de la derecha navarra se esfumó en manos de unas formas de pensar estatalistas por no decir estalinistas. No esperen Vds. que UPN, o el PP a nivel nacional, rematen a un PSOE que agoniza por sus propias incoherencias. No lo harán. Es más: le ofrecerán toda clase de ayudas, con la mano tendida, y harán en su nombre todas las cosas que el Partido Socialista ahora no puede hacer. Así hasta que de nuevo éstos cojan aire y puedan seguir siendo la otra pierna con la que camina el turnismo político. Y lo más patético es que, después de todo, también los nacionalistas se han hecho socialistas.