VOLKSWAGEN NAVARRA El tema de Volkswagen es una patata caliente electoral para el Gobierno de Miguel Sanz. La crispación azuzada por algunos sindicatos que buscan también rentabilidad política, ha prolongado una negociación hasta el punto de que la empresa alemana ha anunciado medidas contundentes. En el otro lado, el Gobierno de Navarra ha anunciado una moratoria en la aplicación de esas medidas y anima a volver a la mesa de negociación del convenio para sacar adelante una crisis importante. Pero, cualquier observador imparcial se da cuenta de que a medio plazo, en torno a diez años, Volkswagen levantará su planta de Pamplona y llevará la producción a otra planta situada en algún país del este o en el mercado chino, que crece en progresión geométrica. Hasta ahora, Navarra competía con calidad y con bajos costes, pero desde hace algún tiempo los bajos costes son más bajos en otros países y la calidad de producción en esos lugares se va equiparando con la de la planta Navarra. El Gobierno de Navarra tiene margen todavía para comenzar a preparar en Navarra una alternativa empresarial innovadora y de calidad que pueda asumir el relevo con garantía del principal motor de la industria navarra. Esa búsqueda de alternativa industrial a la empresa alemana es labor urgente del Gobierno de Navarra. En primer lugar hay que garantizar el mantenimiento de la planta durante algunos años más y al mismo tiempo hay que trabajar en las alternativas. A nadie se le escapa que el Gobierno que tenga que asumir el cierre de Volkswagen, sea de izquierdas o de derechas, va a llevarse las culpas de todo. Pero por ahora el Gobierno de Sanz ha reaccionado con agilidad y se abre algún horizonte para el futuro de Volkswagen en Navarra. P.T.