Una nueva foto llegada a nuestro buzón electrónico nos hace replantearnos una vez más el límite de la colocación de carteles y pancartas en los edificios públicos. En este caso, la imagen corresponde al I.E.S. Navarra Villoslada, en cuya puerta aparece una pancarta apoyando la huelga general de esta semana. ¿Es apropiado que los chavales se vean involucrados en el colegio por la vorágine política? ¿Representa la pancarta el sentir de todos los profesores, todos los empleados, todos los padres y todos los alumnos? ¿O es más bien la apropiación de la imagen de un edificio público por parte de un determinado sector ideológico? ¿Por qué está mal que haya un crucifijo en un colegio pero está bien que haya una pancarta? Mucho más teniendo en cuenta, matiz importante, que las pancartas y carteles con mensajes de protesta en lugares públicos no es sólo que no representen a todos sino que se dirigen contra alguien, a diferencia de los crucifijos. Incluso desde el punto de vista de la estética, ¿es serio llenar todo lo público de cartelitos? ¿Es un atentado contra la libertad de expresión borrar una pintada en la vía pública, no digamos ya en un edificio oficial? ¿Hay que dejarlas todas? Para intentar aclarar nuestras ideas hemos concebido un camión de bomberos lleno de carteles, símbolos y pancartas. Valoren ustedes mismos.
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Un comentario
La «Huelga General» por.definición y por.lo que vemos y comprobamos es política…no debiera dejarse.coaccionar a la gente el.día de la huelga ni el día anterior, respetando así «jornadas de reflexión y de votación». Y la.cartelería debe cumplir los mimso.requisitos que en una contienda electoral; «en los lugares habilitados para ello».