Nos lamentamos por lo de Gamesa, pero nos negamos a abrir tres centros de investigación en Donapea. Lamentamos que 238 empleos se los lleve el viento en Gamesa pero celebramos que se pierdan 400 en Donapea. Si hay que meter 9,5 millones de euros en subvenciones para molinos los metemos, pero si alguien viene a poner 200 le cerramos las puertas ¿Y si Gamesa quisiera abrir un centro en Donapea a cambio de no despedir a nadie? ¿Le dirían que no? ¿O solo les dicen que no a los que son del Opus? ¿A alguien le consta que el jefe de Gamesa no sea vudista y practique el vudú? ¿Pasa el filtro ideológico de la oposición progresista? Cuidado, que a mí tanto me da si el dueño de Gamesa es bustamantista radical o vegetariano: me parece muy bien que inviertan en Navarra tanto Gamesa como la UNAV. Me parece tan bien y tan de interés público que, si hiciera falta, edificaría no ya en Donapea sino en la casa de Nuín o en el caserío de Zabaleta si alguna de las dos empresas me lo pidiera. Expropiaría en nombre del bien público evidente para la comunidad (palabras casi literales de Roberto Jiménez en su día respecto a Donapea) y como ambos son comunistas ninguno protestaría. Yo estaría tan contento entonces que, si por ejemplo fuera profesor en un colegio público, pondría una foto bien grande de Barcina en el aula donde diera clase a los niños. Probablemente pondría el cartel donde estaba antes el crucifijo que quitaron los mismos que ahora dicen que la propaganda política ideológica sí se puede poner. El único problema sería que no podría porque el Gobierno de Navarra ha prohibido poner carteles a favor de Barcina en los edificios públicos. Un gesto de humildad y grandeza que prueba que la presidenta los merecería. Por el contrario, como tenemos una oposición inteligente y pragmática, lo que se destruye por un lado no se reconstruye por otro. Acabaremos con que ni Gamesa ni Donapea. Cuando acabe la fiesta foral, que el “txiringuito” puerta a puerta de Errekondo recoja la basura.