Son muchos los analistas, nacionales e internacionales, que coinciden en la opinión de que la solución de esta crisis pasa, en España, por el reavivamiento de las pequeñas y medianas empresas. Vamos, que pasa por la reactivación de nuestros autónomos y clases medias; además de productivas, emprendedoras.
También, el gobierno en declaraciones hechas por boca de sus máximos representantes aboga por esta apreciación. Todo, porque la rentabilidad estatal del puesto productivo de un autónomo español de empresa familiar es tal que no encuentra parangón en ningún otro puesto de trabajo –ni publico ni privado. Trabajo de autónomo que genera por si mismo mas trabajo. Hasta diez puestos de trabajo, de media, entre propios y los que dinamiza e instaura ajenos –proveedores y servicios. Por que el autónomo español trabaja sin horario y sin descanso –absentismo 0-, sin baja laboral y sin prestación por desempleo. Todo mientras recolecta en concepto de IVA y otros, hasta el 50% de recursos con los que cuenta el estado. Los costos que supone para el estado un autónomo son prácticamente nulos; por lo que la rentabilidad de su trabajo, a nivel estatal, es total.
Sin embargo, y a pesar de lo dicho, las políticas instauradas por los últimos gobiernos – PSOE y PP- no parecen ir en esta dirección de sustentación y ayuda a la pequeña empresa, si no más bien en la contraria; desfalco, defenestración y enterramiento de las clases medias y de los autónomos españoles, propietarios de estas pequeñas empresas; y ¡Claro! Así nos va.
Todo empezó en la era zapatero con políticas encaminadas a velar por la salud de los españoles ley antitabaco- y que supusieron cuantiosos quebrantos a una de las ramas que permanecían mas sanas de nuestra economía empresarial familiar “La Hostelería”. También, la llegada de productos del tercer mundo –sin ninguna catalogación- que no pasarían, la mas minima inspección sanitaria y que campan, con total impunidad, por toda la geografía nacional; enterrando, a diario y desde años, empresas productivas españolas y acrecentando el numero de parados. Así mismo, seria de destacar, la permisividad con que transitan los productos agrícolas marroquíes por nuestro país, rumbo a Europa que ha hecho que multitud de empresas españolas agrícolas hayan emigrado, con sus plantaciones de cítricos y otros productos al Magreb, acrecentando el nivel de paro agrícola. Y por ultimo, de entre la multitud de medidas y pasividades de nuestros gobernantes, nombrare una más, por su escándalo encubierto: la ayuda, por parte de la clase política, a creación de los grandes centros comerciales, marquistas, en los extrarradios de nuestras ciudades, que ha supuesto el cierre efectivo del 50% de nuestro entramado comercial, tradicional y urbano –entre productores fabricantes, distribuidores, almacenes, comercios y servicios-; lo que ha provocado la desmembración y el descenso en la calidad de vida de nuestras ciudades –y en la calidad, incluso sanitaria, de los productos- y, en el caso de los cascos históricos, su acercamiento, cada día, a gueto de desfavorecidos y de delincuentes. Aportando, estas cadenas foráneas, la creación de puestos de trabajo en numero muy inferior al destruido y de ínfima calidad –en retribuciones y horarios.
Por fin, la liberación de horarios en una apuesta clara por el tipo de macro comercio descrito –como si necesitasen mas ayuda, estos gigantes extranjeros.
Con la subida del IVA y los impuestos por patrimonio, amen de otras medidas a cual más perversa, el desencanto de las clases medias ante el gobierno del actual del PP., ha sido total. Pero lo peor ha venido por la carga que para la financiación en España supone el mismo estado, quien cuenta para su propia necesidad con el 47% de los recursos y con casi el 80% de la financiación posible de nuestros bancos. Bancos que pagan los intereses al 2% y lo cobran al estado al 7%. Con esto la oferta de crédito que queda para PYMES es pobre y carísima con intereses que rondan la usura -8%. Con esto la renovación de créditos industriales y la financiación de nuevas empresas resulta, en España, absolutamente inviable.
Una vez mas podemos constatar que es al estado, en si mismo, el primer problema de los españoles. Un estado monstruoso, en su enorme, gasto capaz de comerse, en una sola legislatura, el presupuesto integro de hasta tres populosas naciones europeas. Un estado ya tan famoso en su negatividad que hasta los candidatos estadounidenses lo ponen de ejemplo de lo que nunca hay que hacer. Que quede claro: Todo se lo debemos a nuestros gobernantes -actuales e históricos- y a esa decadente “clase política” española.