Siendo realistas, España puede necesitar un rescate en cualquier momento. En realidad, el estado español lleva operando con respiración asistida desde mayo del 2012. Por otra parte, sentimientos personales aparte, de cualquier otro estado con una prima de riesgo como la española diríamos que se encuentra claramente en zona de quiebra o rescate. España se enfrenta en este momento a tres alternativas: o conseguimos ajustar nuestras cuentas por nosotros mismos, o somos rescatados e intervenidos y entonces nos las ajustan desde fuera, o directamente nos vamos a la quiebra del estado.
1 – Ajuste voluntario
Ajustar por nosotros mismos implica tomar medidas duras e impopulares con un alto coste político para el gobierno. Pero también supone algunas ventajas. Podemos decidir dónde y cómo ajustamos. Cuanto antes ajustemos y más corrijamos por nosotros mismos, por otro lado, menos tendrán que ajustarnos desde fuera y por la fuerza pasado un tiempo. Ajustando por nosotros mismos evitamos además cualquiera de los dos siguientes escenarios.
2 – Rescate
Otra alternativa es ser rescatados, lo que implica además que se nos quiera rescatar y se nos pueda rescatar. Lo primero dependerá de los intereses de los rescatadores y lo segundo, relacionado también con lo primero, de la cuantía del rescate. En este caso quien rescata y presta el dinero pone a cambio condiciones. ¿Qué condiciones? Todas aquellas que estime necesarias para garantizar la devolución del rescate. No se trata de condiciones negociables. Se trataría de condiciones que irían desde al salario o número de empleados públicos hasta la edad de jubilación de los españoles. Naturalmente se pueden rechazar todos esos ajustes, que lógicamente serían mucho más duros que aquellos que ahora se están rechazando para evitar llegar a esa situación, pero eso nos llevaría al siguiente escenario.
3 – La quiebra del estado
El estado español puede hacer un default. Es decir, puede dejar de pagar el dinero a sus acreedores. De esta manera evitaríamos cualquier sacrificio para pagar las deudas contraídas. Pero las consecuencias serían catastróficas. Inmediatamente perderíamos por completo el acceso al crédito. En cuanto el estado español anunciara el impago de su deuda, nadie seguiría prestándole dinero. ¿Qué pasaría entonces? Que el estado tendría que financiarse sin deuda. O sea, exclusivamente con el dinero de sus propios ingresos. Como todos sabemos, el problema del estado en este momento es precisamente que ingresa mucho menos que lo que gasta. Puesto que buena parte de esa diferencia se viene cubriendo con deuda, a partir del momento en que dejáramos de pagar a nuestros acreedores nos sería imposible cubrir esa diferencia. Es decir, que el estado español tendría que afrontar un ajuste mucho más dramático que cualquier ajuste, por severo que sea, que podamos realizar por nosotros mismos o mediante un rescate para evitar una situación de quiebra.
2 respuestas
Si hay algo que hay que reconocer con sinceridad del PSOE es el enorme esfuerzo, el intenso trabajo, la dura dedicación demostrada a conseguir….el hundimiento de España.
Mariano Rajoy en estos momentos lucha por que sea la primera opción, aunque algunos interesados en Europa prefieran la segunda.
En PSOE se debate entre las dos últimas opciones; la intervención, en plan «ya lo decía yo», y la quiebra del estado español, esta última opción la elegida por los aliados del PSOE;comunistas y nazionalistas.
El ajuste voluntario es imposible, PORQUE OBLIGATORIAMENTE PASA POR LA DEROGACIÓN INMEDIATA DEL MODELO DE ESTADO DE LAS 17 TAIFAS REGIDAS POR REYEZUELOS/AS LADRONCETES/CITAS QUE ES INSOSTENIBLE, INSOSTENIBLE, INSOSTENIBLE, INSOSTENIBLE, INSOSTENIBLE, INSOSTENIBE….