Se equivoca el Sr. Leoné al pedir perdón, en su artículo de opinión del día 3 de Mayo, por imaginar Euskal Herria.
No quisiera polemizar con él, pero vayamos al origen del pecado.
En una entrevista publicada por este medio el día 10 de mayo, el Sr. Leoné realizó, entre otras, las siguientes afirmaciones: El grupo Nabarralde que es quien está moviendo el tema de la formación de Navarra, da una respuesta que a mí no me convence pero que es muy inteligente, y es que el reino de Navarra es el estado vasco. Es una respuesta inteligente pero históricamente no sé hasta que punto se sostien.”;“…claro que Euskal Herria nos la hemos inventado, pero igual que se inventó en su día España u otras naciones y precisamente porque nos la hemos inventado, vamos a darle forma” y por último: “Aunque no haya antecedentes, hay razones de sobra para crear el proyecto de Euskal Herria“
La periodista que firma la entrevista, prologaba la misma con el siguiente resumen de la tesis del historiador pamplonés. Leoné, ”defiende que aunque Euskal Herria no haya existido como tal en el pasado, no es motivo para no trabajar por darle forma en el futuro y que, para ello, el primer paso es hacerlo “desde abajo” y crear nación desde el impulso de distintos aspectos como la cultura.”
El lunes 14 de mayo Mikel Sorauren escribía también en este mismo medio un artículo de opinión (“Los tres pies de nuestro gato”) en el que entre otras lindezas le acusaba al Sr.Leoné de decir “perogrulladas”; de hacer valoraciones de “un principiante”; de actuar con “simpleza” (por afirmar que Euskal Herria no habría existido); de actuar “llevado por cierto temor” (por no querer ser señalado “como etnicista y otros conceptos que resultan insultantes”) y de ciertos “aspectos acomplejados”, aunque es verdad que esta última acusación la hacía extensible a toda la ideología abertzale
Yo no creo que el Sr. Leoné tenga que pedir perdón, en este caso, por nada ni a nadie, si lo que afirma -lo que pudimos leer en la entrevista- es aquello en lo que cree. Y más aún si para poderlo afirmar, lo ha estudiado a fondo.
Otra cosa es que el Sr. Leoné, tras leer el resumen de la periodista sobre sus palabras o la valoración, muy poco amable por cierto, del Sr. Sorauren hubiera querido aclarar malentendidos o replicar todas las lindezas que le dedicó de forma inmisericorde el Sr. Sorauren.
Yo creo que el Sr. Leoné hizo un ejercicio combinado de sinceridad y realismo históricos con sus palabras. Otra cosa es, como él mismo explica, que se pueda imaginar una realidad que no ha existido jamás, construirla, quererla y trabajar por ella. Yo ahí no me meto.
Sus afirmaciones no han gustado a algunos, desde luego nada al Sr. Sorauren. Entiendo que incluso pueden crear malestar en quienes, desde una aparente cercanía historiográfica (o política), no ven oportuno, útil o recomendable tanta sinceridad, entre otras cosas porque suponen toda una confesión de parte sobre la falacia de los argumentos propios tantas veces esgrimidos. Por ello entiendo el íntimo cabreo intelectual del Sr. Sorauren.
Pero lo que no es muy académico, ni muy de intelectual que digamos, es recurrir al insulto facilón y menos aún dejar de contestar a toda la sarta de insultos nada históricos que la entrevista provoco en algunos. Hágase un favor, no pida perdón. Si es caso exíjale disculpas al Sr. Sorauren.
2 respuestas
Muy buena la contestación del señor Leoné a su carta señor Salvador en el Noticias, no le ha dado casi tiempo para leerlo y ya le ha contestado.(http://www.noticiasdenavarra.es/2012/06/04/opinion/cartas-al-director/a-carlos-salvador-diputado-de-upn).
Le ha metido el dedo en el ojo y bien metido al sr. Leoné, y además nos ha salido públicamente del armario.
!Chapeau¡ sr. Salvador.
Pd.: Me sorprende el interés de estos aberchales por este noticiero.
Las consideraciones del Sr. Leoné sobre Euskal Herria son opiniones de contenido muy simplista y carentes de rigor de un «psicólogo social», no digamos de un «historiador». Podrían sin embargo llamar la atención de aquellos que propugnan distorsionar la Historia para conveniencia de políticos o comentaristas políticos oportunistas.