Desespañolizando el conflicto de Argentina con Repsol

La nacionalización de YPF por parte del gobierno argentino ha desatado una oleada de reacciones en las que quizá la racionalidad se diluye en el sentimiento patriótico. Es probable que lo mismo les haya pasado antes en sentido inverso a los argentinos. Después del movimiento del gobierno argentino, los españoles esperamos el movimiento del nuestro propio ejecutivo. Sin embargo, puede que los términos del conflicto no sean esos. Una mala inversión para Repsol La adquisición mayoritaria de YPF por parte de Repsol se remonta a 1.999. En aquel momento el estado argentino necesitaba urgentemente dinero. No en vano, el estado argentino quebraría en menos de dos años. Una de las vías elegidas para financiarse fue la venta del paquete accionarial del estado en la antigua petrolera pública YPF, parcialmente privatizada unos años antes. En un concurso en el que ninguna petrolera internacional se mostró demasiado interesada, Repsol pagó al estado argentino 12.900 millones de euros. Teniendo en cuenta que el valor actual de todo Repsol hace 48 horas, antes de ser expoliado, era de 21.000 millones de euros, salta a la vista que el precio pagado por YPF hace 13 años no fue precisamente un regalo. Si alguien se benefició de esos 12.900 millones de euros, paradójicament, fue precisamente la familia Kirchner. Para comprobarlo, basta con ver cómo Ernesto Kirchner (gobernador de una de las provincias que iba a recibir más fondos) celebraba la venta a Repsol en este video de 17 segundos: http://www.youtube.com/watch?v=f0sVahmUAps ¿Quién debe asumir el riesgo? Obviamente, a Repsol le hubiera ido mucho mejor si en 1.999 hubiera invertido sus 12.900 millones de euros en Apple en vez de en YPF. Invertir en Argentina se ha revelado un desastre. Con los 12.900 millones de euros más los intereses de una buena gestión, por su parte, el estado argentino podría haber comprado ahora el 100% de Repsol-YPF. La pregunta es si cuando una empresa española lleva a cabo una inversión de riesgo en cualquier lugar del mundo (y tratar con un país como Argentina y con mandatarios como los Kirchner los es), quien queda comprometida es España o la propia empresa, que debe hacerse responsable de sus decisiones inversoras. Es lógico que España vele por sus empresas en todo el mundo, como lo hacen el resto de países, pero sin llegar implicarnos todos tan emocionalmente como si la implicada fuera España y no una serie de empresas españolas privadas, y ni siquiera 100% españolas. Repsol asumió un riesgo al invertir en Argentina o Venezuela, como también lo hicieron Endesa o Telefónica. Ese riesgo no se puede trasladar más que muy parcialmente al gobierno español o al conjunto de España. Es sólo una operación de mercado Aproximándonos al asunto desde la máxima frialdad, tal vez veríamos contemplar las decisiones de Repsol o el gobierno argentino como meras operaciones de mercado. En realidad, son pocas las opciones del gobierno español para represaliar al gobierno argentino sin que a su vez éste pueda represaliar a más empresas españolas. Es por ello que nuestro gobierno tampoco debería levantar unas expectativas que luego no va a poder satisfacer. Pero es que tampoco es el gobierno español quien debe represaliar al gobierno argentino ni hacer suya la causa de una empresa privada y el riesgo de sus inversiones. Mucho menos la Unión Europea u otras instituciones cuya inutilidad a estos efectos resulta oceánica. Lo cierto es que Argentina se ha equivocado precisamente porque no se está enfrentando a España ni a su gobierno, sino a los temibles mercados. El mensaje enviado por Cristina Kirchner a todos los inversores mundiales es que no inviertan nada en Argentina o lo hagan con una prima de riesgo elevadísima. Para que se hagan una idea, si los famosos CDS (seguros de impago) que miden la prima de riesgo rondan ahora mismo los 500 puntos para España (cuyos problemas de financiación no hace falta enfatizar), pero suben hasta casi 1.000 en el caso de Argentina. Es más, de esos 1.000 puntos 300 han subido desde la amenaza de nacionalizar YPF. De cara a los mercados, Argentina se ha convertido en un estado pirata con una prima de riesgo equivalente a la de Grecia o Portugal. Pues buena suerte para los argentinos. Un suicidio financiero para Argentina España es una pulga, pero Argentina no parece haber entendido que es una pulga posada en el lomo del mercado. Es decir, en el lomo de un leopardo. Aunque Cristina Kirchner haya decidido dar una patada a la pulga, lo que debería temer es la reacción del leopardo. Por lo demás, el resto de capítulos de esta nacionalización absurda apenas alcanzan el rango de anécdota. Como la diputada de IU en la Asamblea de Madrid, Tania Sánchez, que escribía el siguiente mensaje en Twitter: «Una alegría para el pueblo argentino la nacionalización de YPF, un golpe merecido a empresarios y al pueblo español». O la denuncia de la presidenta argentina reprochando que Repsol repartiera en dividendos el 90% de sus beneficios en vez de reinvertirlos. Repsol daba así cumplimiento a un oscuro acuerdo con los Eskenazi, famiglia argentina próxima a los Kirchner accionista minoritaria de YPF, cuya participación pagó sin poner un euro con dinero prestado por la propia Repsol y devuelto precisamente con los dividendos. Obviamente invertir en países gobernados por mandatarios como los Kirchner tiene estos riesgos, así que -a lo mejor- tampoco exageremos.

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4 respuestas

  1. El refranero español es sabio y cruel, a veces despiadado: «De puta a puta, taconazo» ó «gobierno a tope de ladrón, roba a otro gobierno tipo ladrón tapado», y así, otros políticos todavía más ladrones que los nuestros y con más huevos se quedaron con los yacimientos de «vaca muerta» ó elefante de bostwana era el nombre…??? ya es todo tan vomitivo y demencial que creo que van a nombrar a Zapatero Arzobispo de Toledo y a las góticas – ya mayores de edad-, jefas de la casa real.

  2. Argentina ha revestido todo este asunto de banderas y nacionalismo de mercadillo para insuflar aires a un Gobierno y una presidenta necesitada de ellos. Esto tiene mucho de patada política de Argentina a España porque los agravios son claros: para empezar, Argentina no expropia la parte no española de YPF. En segundo lugar, el siguiente paso de Argentina será poner en manos chinas los abundantes pero difíciles yacimientos recién descubiertos.

    El principal perjudicado será, paradójicamente, el pueblo argentino, que con el correr del tiempo verá cómo una política populista al estilo Chávez o Morales los llevará a un nuevo corralito. Cuando un político necesita desviar la atención, o declara una guerra o hace pantomimas de este tipo. Como No hay coj**es para volver a invadir Las Malvinas, han ido a por el león comatoso, que es España.

    Y aquí queda la última parte del agravio: Argentina, que recibió la ayuda de España durante su crisis de 2001 (del mismo modo que Perón dio alimentos a España durante el bloqueo de los años 40), pega patadas a su mano amiga. Que, yo espero, pase de ser amiga a ser enemiga.

    En cuanto a que es una irresponsabilidad invertir en un país como Argentina, yo dejo una pregunta: ¿qué nación latinoamericana es hoy puerto seguro para las inversiones de España? Siendo España, no lo olvidemos, principal inversor en la región tras los EEUU. Estamos condenandos a soportarnos…

  3. Por cierto, alucinante el twit de la diputada de IU: «UN GOLPE MERECIDO AL PUEBLO ESPAÑOL»

    Toma ya, pedazo de políticos tenemos…

  4. El peronismo es incorregible en su corrupción. Van a hundir la economía argentina por enésima vez, justo antes del batacazo sacan los peronistas sus ingentes fortunas en pesos que cambian a dólares, cuando ha terminado de bajar la economía los repatrían. ….Y ahora son el doble de ricos, y los argentinos el doble de pobres, eso sí, mucho tango y fútbol para distraer.

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