LAS JAVIERADAS Cada año, al comenzar la Cuaresma, resuena en nuestros pueblos y ciudades la llamada de Javier. Caminar hasta Javier, en peregrinación de penitencia, devoción y esperanza, es un desafío para los jóvenes cristianos de Navarra. Y este año de manera especial. Peregrinos de Javier. Peregrinos de Dios. Peregrinos de la vida. Estamos celebrando los 500 años del nacimiento de San Francisco en el castillo de Javier. Su llegada a este mundo fue un regalo de Dios a Navarra, a la Iglesia y al mundo entero. Aquel día nació en Javier el apóstol de medio mundo. Comenzaba la evangelización de América. Y él solito abrió el camino para la evangelización del Asia apenas descubierta. El recuerdo de la figura de San Francisco de Javier es una ocasión providencial para reavivar el fervor de la vida cristiana de nuestras familias y parroquias. Su figura es querida por todos. Pero Francisco de Javier no sería nadie sin su apasionado amor por Jesucristo y su decidida entrega al servicio y a la difusión del Evangelio. Por eso este año quiero invitar a los jóvenes cristianos de nuestra Navarra a que vengan a Javier con verdaderos deseos de progresar en su fe y en su vida de cristianos. Y mi invitación se dirige también a los jóvenes que, sin fe o con una fe vacilante, buscan honestamente un modelo de vida verdadero, justo y feliz. Venid a Javier. Allí late el espíritu de un gran hombre, de un navarro insigne, de un cristiano admirable. El recuerdo de Francisco de Javier os ayudará a conocer mejor a Jesucristo y a ponerlo en el centro de vuestra vida. Con esta carta invito y animo a los párrocos, directores de colegios, catequistas y profesores de religión a hacer llegar a los jóvenes esta invitación. Animadlos, ayudadles a preparar su peregrinación. Las Javieradas de este año tienen que ser un momento de renovación. Se nota por todas partes el principio de una nueva primavera. El Señor nos envía la savia interior del Espíritu, nos llegan oleadas de Espíritu que quieren romper en nueva vida. La Iglesia de Navarra quiere rebrotar y florecer. Los jóvenes navarros tienen que encontrar en Jesús el norte, la ilusión y la grandeza de su vida. Aprovechemos con entusiasmo esta nueva oportunidad que Dios pone en nuestras manos. + Fernando Sebastián Aguilar. Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela.