Es difícil aguantar el tirón contra los eslóganes feministas porque el feminismo forma parte en este momento del discurso dominante. Esto no significa en absoluto que sea un buen momento para la mujer, ya que el discurso feminista no consiste en que las mujeres piensen y hagan lo que quieran (lo cual sería más bien un discurso libertario) sino en que las mujeres piensen y hagan lo que quieran las feministas, o quienes dirigen a las feministas, y ojito con salirse un bigote de gamba de ese discurso. Porque respeto a la mujer o al hombre es dejarle pensar con libertad, y no meramente distinguir entre fascista y fascisto para descalificar al que no piensa como las feministas.
X
Ante la enorme coacción mediática y social del discurso dominante feminista, no obstante, cabe crecerse y enfrentarse a él o cabe arrugarse. Y a su vez, existen dos modos de arrugarse que son someterse completamente o aceptar las premisas fundamentales del discurso feminista pero introduciendo algunas variantes, como para salvar la dignidad y que parezca postrarse un poco menos. Un ejemplo de esto último podría ser lo que está haciendo Ciudadanos estos días con la presentación de lo que llama su apuesta por un “feminismo liberal”.
X
Desgraciadamente, si analizamos con frialdad el feminismo que propone Ciudadanos y el feminismo marxista de la izquierda dominante, casi es menos malo el feminismo de la izquierda radical.
X
En lo que respecta al aborto, por ejemplo, en la práctica tanto para Ciudadanos como para el PSOE, Podemos o cualquier organización feminista, el aborto es sin más un derecho de la mujer. De la que aborta, se entiende, no de la que es abortada. En realidad el aborto es uno de los terrenos en los que los dos géneros gozan de total igualdad, ya que tanto a los niños como a las niñas no nacidas se les extermina con rigurosa paridad, todo un logro del progreso, el feminismo y la civilización. Como todo el mundo sabe, el género del no nacido se puede saber desde la séptima semana, por lo que casi todo el mundo que aborta podría saber el género del hijo o la hija que elimina.
X
A falta de grandes diferencias respecto al aborto, Ciudadanos se distancia del feminismo dominante en otras dos cuestiones que son la prostitución y la gestación subrogada.
X
Dentro de lo malo, el discurso feminista dominante, aunque no exento de algún debate interno al respecto, de una forma bastante mayoritaria se decanta por la persecución de la prostitución, si no de la mujer que ejerce la prostitución al menos de sus clientes, los proxenetas o su publicidad.
X
El discurso feminista de la extrema izquierda también ve con malos ojos la gestación subrogada o los vientres de alquiler. A este respecto, Ciudadanos pretende legislar una gestación subrogada altruista, sin afán de lucro. Eliminar el lucro del debate sobre la gestación subrogada resulta fundamental en los cálculos de Ciudadanos porque en otro caso nos hallamos prácticamente ante una mera compraventa de niños. Hay quien compara el vientre de alquiler con la adopción pero no tiene sentido alguno porque, si es adopción, los padres no cobran por entregar un niño o estaríamos hablando de otra cosa, por supuesto rechazable por completo. La pregunta entonces es si habría muchas mujeres dispuestas a sobrellevar un embarazo de 9 meses con todas sus consecuencias por amor al arte y sin ver un billete. Alguna habría, ¿pero bastantes como para satisfacer la demanda de compradores de niños cuando los propios líderes de Ciudadanos hablan de la demanda de “muchas familias” para justificar su propuesta? Y si ni remotamente las escasas voluntarias podrían sustituir el pago a las mujeres pobres de otros países, ¿qué resolvería realmente esta medida salvo la necesidad de Ciudadanos de impostar un feminismo aún más “progresista” que el del PSOE o Podemos? ¿O se trata sólo de introducir la práctica de alquilar úteros y traficar con niños como un primer paso al que nos hemos de ir acostumbrando antes de dar nuevos y más detestables pasos?
X
Al menos en este caso el marxismo de género resulta menos inmoral que Ciudadanos y su desesperada necesidad de hacer cosas como ésta, para no parecer menos feminista que el feminismo radical original y para marcar distancias con los apestados de la foto de Colón. Pero a qué precio. Y además para, incluso electoralmente, meter la pata a lo mejor.
X
Un comentario
Q sean antinacionalistas desde su fundación, no les convierte en un partido de centro-dcha para nada. Son izquierda, española,sí, no os equivoquéis . No hay más q ver sus votantes y militantes en Navarra