Abel Azcona, el performador (sería excesivo llamarle artista) acusado de haber sustraido formas consagradas de diversas iglesias para realizar una de sus performances, vuelve a ser noticia o, lo que es lo mismo, anda metido en otra performance, en este caso a costa de la Justicia y de un juez que le juzga precisamente por repetir en Cataluña aquella ofensa que tuvo lugar en 2015 en Pamplona.
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Lo mismo en Cataluña que en Pamplona
Azcona no acudió ayer a la citación judicial de un juez de Barcelona que le imputó a causa de una querella interpuesta por la Asociación Española de Abogados Cristianos. La demanda la presentó esta asociación a raíz de una performance que el artista montó en mayo de 2016 en la antigua capilla del Convento de Cal Rosal, ahora reconvertido en un centro de creación artística y que previamente había exhibido en Pamplona. Frente a la inquietud típica de los creadores y artistas, está bastante claro que a Azcona no le importa repetirse y que de hecho intenta estirar lo posible el chicle.
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Los querellantes denunciaron que Azcona usó para su actuación formas consagradas que había sustraído previamente de varias iglesias para dibujar con ellas la palabra «pederastia», en alusión a los numerosos casos sobre los que se pone el foco en el seno de la Iglesia Católica.
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El juez había acordado citar este martes a Azcona en dependencias judiciales para tomarle declaración como investigado en el marco de la causa que abrió por los delitos de profanación y contra los sentimientos religiosos. Sin embargo, Azcona no compareció en el juzgado y, por el contrario, ha remitido una nota desde Colombia declarándose en rebeldía. Abogados Cristianos ha pedido que se le cite de nuevo y, si vuelve a plantar al juez, se le impute también por un delito de obstrucción a la justicia.
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Más interés se Azcona por ofender que de los ofendidos por matarlo
Hace unos meses, Azcona llevó a cabo otra de sus performances titulada “La muerte de un artista”, en la cual ponía a disposición de las personas a las que ofende una pistola para que lo matara quien quisiera. Obviamente nadie acudió a matarlo, lo que dice poco de la propia performance, que de este modo defraudó su propia causa y desmintió la peligrosidad de las personas a las que ofende Azcona. Que Azcona se dedique a ofender a personas que sólo le responden pacíficamente y dentro de la ley deja en realidad en bastante mal lugar a Azcona y en bastante buen lugar a la gente a la que ofende. Cierto que Azcona también se comió un Corán, pero por si acaso no se lo comió en Arabia Saudí o en Palestina ni realizó allí la performance de la muerte de un artista.
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Pasa del juez porque puede
Seamos sinceros, se habla de Abel Azcona simplemente por el robo y la utilización de las formas sagradas. Fuera de ese hecho nada de lo que hace Abel Azcona tiene mayor interés. Como buena parte de los “artistas” de este país, ofender a los creyentes es su único recurso creativo. Pero tampoco demasiado creativo, porque como hemos visto Azcona va repitiendo la misma performance por distintas ciudades. Por supuesto Azcona puede ir de ciudad en ciudad ofendiendo a los creyentes porque el poder mediático, ejecutivo, legislativo y judicial le protege, como se vio en Navarra, con hasta manifestaciones de los partidos en el gobierno en su defensa. O sea, que lo que hace Azcona no deja de ser sino reflejar el discurso dominante y ofender a la minoría sabiendo que el poder le cobija. Por eso se declara en rebeldía y por eso convierte sus propios procesos judiciales en una performance. Pero performances que no consisten nunca en cuestionar el poder o el punto de vista dominante, sino en remar a su favor. También por eso resulta un tanto absurdo referirse a él como un artista, si su posicionamiento consiste simplemente en apoyar el discurso dominante repitiéndose a sí mismo y a toda una tropa similar, aportando nada, ofendiendo gratuitamente y resultando por ello perfectamente prescindible. Un hombre de 79 años rayó el año pasado en Vigo más de 1.000 vehículos. Si Azcona es un artista, lo mismo lo del sujeto de Vigo es otra performance.
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