Los comunistas de Maduro abren fuego contra la gente en Venezuela

Si Podemos e IU llegaran al poder y perdieran las elecciones, no les parecería mal ignorar el resultado electoral, vaciar de competencias al Congreso y abrir otra cámara en la que, contra lo votado por los españoles, Podemos e IU conservaran su mayoría. Tampoco les parecería mal encarcelar y torturar a sus rivales políticos. Finalmente tampoco les parecería mal que la policía y el ejército dispararan indiscriminadamente contra los votantes cuando se manifestaran contra el autogolpe de estado de Podemos e IU. Es decir, si todo eso les parece bien a Podemos e IU en Venezuela, no hay razón para que eso mismo les pareciera mal en España. Conviene tener bien en cuenta estas cosas porque efectivamente hay partidos políticos en España que aceptan la democracia según les convenga, y condenan la violencia política sólo dependiendo de quién la practique. Cuando los venezolanos votaban y revalidaban a Chávez se mantenía una apariencia de democracia porque los comunistas ganaban. Es fácil ser demócrata y aceptar los resultados cuando ganas. Por eso cuando uno realmente prueba que es un demócrata es cuando pierde. Desde que el chavismo fue derrotado en las urnas, ha quedado claro una vez más que los comunistas no son demócratas. Llama de todos modos la atención ver a algunos que se oponen a aplicar el 155 para defender de los golpistas a la mayoría no nacionalista en Cataluña, pidiendo en Venezuela la intervención del ejército para apoyar a la minoría golpista y aplastar a la mayoría antichavista.

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Desde 2015 la «democracia» en Venezuela es una farsa

Para entender lo sucedido ayer en Venezuela es preciso retroceder hasta el año 2015, cuando la oposición a Maduro gana ampliamente las elecciones legislativas y se hace con el control del parlamento (la Asamblea Nacional). Pese a reconocer inicialmente la derrota en las urnas, la respuesta de Maduro fue dar un autogolpe desde el poder, vaciar de poder a la Asamblea Nacional y pasar esos poderes a una nueva Asamblea Constituyente diseñada para que tuviera mayoría chavista. Desde aquella fecha todo lo que ha sucedido en Venezuela, incluyendo las presidenciales de 2017 y la proclamación de Maduro hace ahora justo un año, es una farsa totalmente antidemocrática.

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La proclamación de Guaidó es la consecuencia constitucional lógica de la ilegitimidad de Maduro

Cuando ayer Juan Guaidó se autoproclama presidente interino (“encargado”) de Venezuela, con el apoyo de la mayoría legítima del parlamento de Venezuela elegido en 2105, no se trató de un hecho espontáneo sino que venía impuesto por la lógica constitucional de la propia Venezuela. Desde que en 2015 Maduro no acató la derrota electoral del chavismo, nada de lo que sucede en Venezuela tiene validez democrática y la alianza opositora, lógicamente, ya no participa en ningún teatro justificativo del autogolpe, como las elecciones a ese nuevo parlamento-farsa o las presidenciales de 2017 que naturalmente ganó Maduro. Al no reconocerse esa elección y cumplirse ayer justo un año de la reelección fraudulenta de Maduro, lo que procedía según la propia Constitución de Venezuela es justo lo que pasó, que transcurido un año sin nombrarse un presidente válido el presidente de la Asamblea Nacional se convierte en presidente interino para convocar elecciones. Eso es lo que explica lo de ayer.

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La respuesta del régimen chavista, sin embargo, ha sido la de disparar contra la multitud para mantener el poder. En Venezuela ya no quedan dudas de que los comunistas no van a abandonar el poder democráticamente ni pacíficamente. El problema es cómo se puede conseguir entonces que la mayoría recupere el poder mientras los chavistas mantengan el control de la policía y el ejército. El caso venezolano debería movernos a todos a reflexión. Los chavistas iban a ser el modelo de cómo había que tomar el cielo por asalto. Venezuela iba a ser la prueba definitiva de que el comunismo sí que puede funcionar. Nacionalizando todas las empresas, recursos y servicios fundamentales, controlando el estado los precios y expropiando a las multinacionales el mundo iba a poder ver lo magníficamente bien que les iba a ir a los venezolanos. Más allá de las bonitas palabras, el resultado de las políticas comunistas sin embargo ha vuelto a ser una vez más el mismo. Los venezolanos, por culpa del comunismo, han acabado en la miseria y además han perdido la libertad. No por desviarse del recetario comunista, sino por cumplirlo a rajatabla. El entusiasmo de Podemos por el régimen que ha llevado a la tiranía y a la miseria al pueblo venezolano resulta por lo demás evidente. Es imposible encontrar fotos de los líderes de Podemos con banderas españolas, sin embargo la red está llena de imágenes de los líderes de Podemos con banderas y brazaletes con la bandera de Venezuela. Su patria no es España pero tampoco es, como dicen, el bienestar de la gente. Cuando la gente pasa hambre y tiene desabastecimeinto en un régimen comunista, no se ponen del lado de la gente sino del comunismo. Y cuando el régimen comunista ordena a su policía y a su ejército disparar contra las multitudes hambrientas de pan y libertad, los líderes comunistas españoles apoyan totalmente la escabechina.

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