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Según los cálculos de IHS Markit, el coste para Samsung de fabricar un Galaxy S8 (el modelo tope de gama de la marca recién lanzado al mercado) es de 287 euros.
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Si queremos comprar este teléfono, el precio es de 807 euros.
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Los 520 euros de diferencia, sin embargo, no son el beneficio de Samsung.
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Hay algunos costes que no se han incorporado al cálculo, como toda la inversión en I+D que es necesaria con carácter previo para poder producir el hardware y el software que incorpora ese teléfono. Alguien dijo que producir la segunda pastilla de un medicamento cuesta unos céntimos, pero producir la primera cuesta millones y millones de dólares. Algo parecido pasa con los móviles y con otros muchos productos.
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El precio tampoco incorpora la logística y todos los costes de transporte, almacenamiento y distribución del producto.
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Finalmente, el cálculo tampoco contempla los 169 euros que por ejemplo los españoles pagamos de IVA.
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Incluso asumiendo que por tanto hay bastantes costes que nos dejamos por el camino, los costes de los componentes del teléfono más su montaje serían los citados 287 euros que más los 169 de IVA sumarían 456 euros. El beneficio para Samsung sería en este momento unos 350 euros por móvil vendido, aunque ya hemos dicho que faltarían por descontar algunos costes significativos sobre las cifras que IHS Markit ha publicado.
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Hemos dicho, además, “en este momento”, porque efectivamente el S8 es el último producto estrella que Samsung acaba de lanzar al mercado y, supuestamente, el móvil con sistema operativo Android más cualificado para competir con el iPhone. Por eso mismo quien compre en este momento un S8 está pagando un plus por poder contarse entre las primeras personas que adquieren este dispositivo. Por establecer una comparativa, el Samsung S7 Edge al que vendría a suceder el S8 fue lanzado hace poco más de un año, con unos componentes de un valor muy similar, y su precio ya está por debajo de los 550 euros. Samsung estaría ganando ahora mismo 350 euros (sin contar algunos costes) que dentro de un año serán muchos menos, al punto en que se puede afirmar que presumir de último modelo puede ser el coste principal del móvil cuando lo compramos.
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Añadamos a todo lo dicho el efecto divisa, que seguramente nos favorece ahora como miembros de la zona euro. A paridad euro-dólar, el precio de coste del S8 subiría hasta los 307 euros.
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Hablamos del S8, pero resulta interesante comparar su coste con el de otros teléfonos más o menos similares, incluido el iPhone.
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Los 807 euros que hemos tomado como precio referencia son los que cuesta este teléfono en Amazon, pero seguramente el precio que obtiene Samsung es menor cuando vende sus terminales a las grandes operadores que los compran por miles para hacerles después ofertas a sus clientes. En todo caso, visto lo que cuesta realmente el móvil y la rapidez con la que estos aparatos ven caer su precio, saber el coste real resulta interesante para poder elegir el precio y momento de compra maximizando el dinero que pagamos por el producto que recibimos.
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