En una operación que hace bueno el viejo dicho de que “la vida da muchas vueltas”, Radio Popular de Loyola ha pasado de ser propiedad de los Jesuitas de Guipuzcoa a ser propiedad del Grupo de Noticias. Lo ha hecho, además, de manera fulgurante.
Radio Popular de Loyola decidió separase de la cadena COPE hace más de diez años. Partiendo de su implantación en la provincia de Guipúzcoa, intentó un proyecto de expansión por todo el territorio que finalmente ha fracasado, no sólo por no alcanzar sus objetivos de difusión sino por sumir a la cadena en una situación de graves pérdidas.
Antes de esta operación, se habría intentado antes sin éxito buscar otros compradores, como es el caso de Punto Radio (Vocento) en el País Vasco.
Por su parte, en su política de expansión multimedia, el Grupo Noticias adquirió recientemente la cadena Onda Vasca. Una adquisición que podría no estar alcanzando los objetivos previstos y entre cuyas incidencias se incluye la falta de cobertura en algunas zonas del País Vasco. La adquisición de Radio Popular- Herri Irratia, que dispone de numerosos repetidores en todo el territorio y constituyen su principal activo, vendría así a resolver en buena medida los problemas de cobertura de la cadena del Grupo Noticias en ciudades como San Sebastián, Bilbao, Vitoria o Éibar.
La Compañía de Jesús Guipuzcoa ha anunciado el traspaso de la totalidad de sus acciones al Grupo Noticias, decisión que ha justificado para no poner en riesgo la continuidad de Herri Irratia. Precisamente uno de los puntos que más habían echado atrás a posibles compradores, según El Confidencial Digital, es el coste del finiquito del personal ahora adscrito a la emisora, que se estima en unos 600.000 euros. Se da la paradoja, sin embargo, de que la posible continuidad integrada en Onda Vasca se produciría dentro de un grupo singularmente caracterizado por la crudeza de su anticlericalismo.
4 respuestas
A ver si la Compañía encuentra el Norte y no el Gran Oriente.
Anticlerical y nazionalista, así es el comprador, sí, pero no olvidemos las querencias nazionalistas que siempre ha tenido la Compañía de Jesús. Al final me da que todo queda en casa…
Yo creo que contemplar a la Compañía de Jesús, con las gafas solo de Pamplona, es un poco reduccionista; hay muchos más religiosos de la Compañía fuera de las Vascongadas que dentro, y eso es algo muy hermoso.
A mi no me gusta el nacionalismo y menos el vasco, pero me encanta que haya entre los católicos, gente que piense lo que quiera en cuestiones en las que Jesucristo no se definió. O sea que me gusta discutir, amigablemente eso si, con algún amigo peneuvero, sobre temas de actualidad; sin problemas. Én todo el mundo, a otras órdenes religiosas o moviminetos de la Iglesia, se les han hecho acusaciones injustas de tender hacia determinadas tendencias políticas.
La koordinadora de Josu.