Cabe esperar en tiempos de crisis, cuando la Administración carece de recursos para pagar todas sus facturas, que al menos antes de estrujar el bolsillo de los ciudadanos, empobreciéndolos y abundando así en la propia crisis, intente recortar gastos superfluos y partidas innecesarias. Sólo en la hipótesis de que la Administración no pudiera recortar un solo euro, sin tener que recortar servicios públicos esenciales, debería resultar siquiera concebible que pensara en obtener ese euro adicional del bolsillo de los ciudadanos. Otra cosa, sin ninguna duda, sería una falta de respeto a esos ciudadanos, como si no tuvieran que madrugar y trabajar todos los días para pagar sus impuestos. Escandaliza por ello comprobar cómo la Administración, a punto de someter a las clases medias a una nueva subida de impuestos, parece considerar un servicio público esencial enseñar a bailar la danza del vientre a los administrados. Lejos de hallarnos ante una alucinación, es algo que podemos encontrar en el listado de cursos ofrecidos por el Ayuntamiento de Berrioplano. Y no es una excepción.
El conjunto de cursos no sólo incluye la danza del vientre, sino también otras actividades como la pintura en tela y seda, yoga, bailes latinos y un taller de “autoestima y empoderamiento” para grupos de mujeres.
El euskera, un 70% subvencionado.
El listado no estaría completo sin danzas vascas para niños y adultos, teatro en euskera para niños, taichí y relajación en euskera, y naturalmente cursos de euskera para adultos. En este caso particular la matrícula se abona a inicialmente a AEK siendo reintegrado después como subvención el 70% del importe.
¿Y el dinero?
Berrioplano es sólo un ejemplo entre los muchos que podríamos haber escogido. De hecho, es uno de los municipios a los que les ha ido bien hasta ahora gracias al intenso desarrollo inmobiliario. Cabe sospechar que el panorama de los ingresos futuros no resulte tan sonrosado. El proyecto urbanístico futuro más relevante de Berrioplano era el de Etxebakar, parado indefinidamente a causa de la crisis en el sector inmobiliario.
Contra la crisis, ruido.
Donde tampoco se ha notado recorte alguno es en el presupuesto para festejos de Nueva Artica, uno de los concejos del Ayuntamiento de Berrioplano. Como novedad este año, se ha instalado una verbena en medio de la urbanización que, aunque con escaso público asistente, además del gasto correspondiente sí ha impedido conciliar el sueño a los vecinos hasta altas horas de la madrugada, generando el consiguiente malestar en muchos de ellos.
El dinero público (del contribuyente) hace posible lo imposible.