Seguimos mostrándoles la peculiar visión, obligatoria y evaluable, extraída de las imágenes de algunos manuales de Educación para la Ciudadanía. Constitución y derechos humanos, oiga. A la derecha de las imágenes que aparecen en los libros de EpC, hemos añadido otras que no aparecen. En realidad, lo normal sería que no aparecieran ni unas ni otras. Lo normal, de hecho, sería que para esto no existiera esta asignatura.
Hay dos tipos de alambradas. Unas son para evitar que la gente entre, y otras para evitar que la gente salga. Las alambradas que coloca occidente son las que hacen falta para poder regular la avalancha humana que huye de todos esos lugares maravillosos que no son occidente. Alambradas de la otra clase fueron el muro de Berlín o, actualmente, Cuba y China. Maravillosos países alternativos a Occidente cuyos súbditos (en lugar de ciudadanos, ya que hablamos de ello) no pueden salir al extranjero. En la foto, un soldado de la Alemania Oriental huyendo a "Occidente".
Pero, ¿no habíamos quedado en que la religión tenía que ser voluntaria e incluso salir de las escuelas? ¿Qué hace entonces la religión en clase de EpC? Si quieren explicar lo que predican las monjas, lo mejor es que sean las propias monjas quienes lo hagan. Es posible que no termine de coincidir con la curiosa versión de la editorial Serbal. Hemos pensado, por ejemplo, en la madre Teresa de Calcuta, y si ella también pensaría que el mercado lo es todo. Pensamos más bien que ella hubiera dicho algo así como: “el amor lo es todo”.
O sea, que lo que había en la URSS no era comunismo. ¿Sería nazismo lo que hubo en Alemania o franquismo lo que hubo en la España de Franco? En la Europa del Este no había ni comunistas ni pobres, pero reconocerán al menos que había cascotes. Y es que al final de la guerra todo Berlín estaba un ruinas. Al cabo de una década, sólo el lado soviético seguía en ruinas.
Viñetas extraidas del manual de EpC de la Editorial Serbal.